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7 noviembre 2009 6 07 /11 /noviembre /2009 15:08

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7 noviembre 2009 6 07 /11 /noviembre /2009 14:10
Hebreos:
Para otros usos de este término, véase Hebreo (desambiguación).

Los hebreos (del latín hebræus, éste del hebreo ‘ibrī, y éste quizá del acadio ẖapiru[m], "paria") fueron un antiguo pueblo semita del Próximo Oriente y ancestros de los israelitas y los judíos.

Según la Biblia y las tradiciones hebraicas, los hebreos fueron originarios de Mesopotamia. Eran nómadas, vivían en tiendas, llevando manadas de cabras y ovejas, utilizando asnos, mulas y camellos como portadores. Una crisis económica pudo impulsar a Terah, padre de Abraham, a dejar la ciudad para ir a la de Harran, en el Alto Éufrates. De allí, algunos de ellos emigran hacia Canaán, prometido por Dios, según la Biblia, a los descendientes del patriarca Abraham (c. 1750 a. C.). Varias tablillas descubiertas en Mari certifican frecuentes migraciones por estas regiones.

Abraham y los suyos se asientan en Canaán: en Siquem (actual Nablús), Beer Sheva o Hebrón. Poco a poco, se mezclan con los pobladores locales, y se convierten en agricultores sedentarios hacia el siglo XII a. C. El pueblo de Israel era vecino de otros como los edomitas, moabitas, ammonitas e ismaelitas. Un rasgo distintivo fue su convicción en la existencia de un único Dios, llamado Yavé. De acuerdo con el Tanaj, el pueblo de Israel es el elegido entre todos los de la tierra por Yavé y al que revela las verdades fundamentales, como la Torá.

Historia:

Egipto:

En el siglo XIV a. C. emigraron a Egipto parte de los hebreos establecidos en Canaán, debido a la hambruna que asoló la región; fueron recibidos en Egipto y luego trabajaron para los Egipcios. Se tiende a creer que los egipcios tomaron como esclavos a los hebreos, aunque la esclavitud no formaba parte de la cultura en el antiguo egipto, sino que existía el sistema de corvea, por el cual quienes no podían pagar los tributos con la cosecha debían pagarla con su trabajo, por lo cual debían trabajar para el Faraón durante 30 años, después otro de su familia trabajaría 3 años y así sucesivamente (con lo cual siempre había un miembro de la familia dentro del sistema de corvea), por esta razón en el siglo XIII a. C. se rebelaron y regresaron a Canaán "la tierra prometida" bajo la guía de Moisés. Este viaje se conoce como éxodo, durante este viaje se detuvieron en el Monte Sinaí donde según su propia tradición el pueblo Hebreo recibió las tablas de la Ley y selló el pacto eterno entre Dios e Israel. Egipto , fuè una ciudad

Retorno a Canaán:

De vuelta en Canaán, se unen a las otras tribus hebreas que habían permanecido y bajo los reyes-sacerdotes Saúl, David y Salomón, combatieron con éxito a los filisteos y construyeron el primer templo en Jerusalén.

A la muerte de Salomón se dividió en dos el reino, al Norte quedó Israel y al sur Judá. A partir de este momento sigue un largo período de guerras con vecinos, de conflictos internos e incluso de confusión religiosa.

La invasión asiria y babilónica:

En 722 a. C. Sargón II invade la región de Canaán hasta sojuzgar al reino de Israel, llevando al pueblo a Asiria. En 587 AC , al traicionar el reino de Judá un pacto con Nabucodonosor II, rey de los neobabilonios, este invade el reino, destruyendo el templo de Jerusalén; este fue el famoso destierro a Babilonia. La expulsión logró que los hebreos se reconciliaran y resolvieran los conflictos que los debilitaron desde el siglo XII hasta este período conocido como la Diáspora.

Los persas:

Pocos años después, los persas vencen a los asirios babilonios y en 539 a. C. Ciro emite un decreto que los incorpora al imperio y les permite regresar a Jerusalén, donde reconstruyen el templo y se unifican bajo la Ley y bajo las normas de su religión. El retorno produce choques culturales con los que no habían sido deportados y se discrimina la población entre judíos y samaritanos. XCCX

Alejandro Magno:

En 332 a. C. Alejandro conquista al imperio persa y otorga a los judíos una mayor autonomía y estabilidad política y económica.

Durante este período de prosperidad y estabilidad política, la religión judía se divide en tres grupos: los fariseos, saduceos y esenios.

Desde este momento Alejandro fue muy importante en la vida de los hebreos.

Roma:

Entre el 39 y el 34 a. C. Roma conquista la región, establece un gobierno y en esta época de dominio romano, es cuando surge Jesús y su predicación.

En el año 70 Tito destruye el templo de Jerusalén. Posteriormente entre 132 y 135 los hebreos pretenden liberarse de la dominación romana, bajo el movimiento conocido como rebelión de Bar Kojba, la cual es aplastada por Roma y como consecuencia les prohíbe entrar a Jerusalén obligando a los hebreos a emigrar, en una nueva diáspora, hacia Hispania, al norte de África, y los Balcanes, llegando a prosperar de manera notable en el siglo X.

Las expulsiones:

Los judíos son expulsados de Francia en 1306 y 1394, de Alemania en 1397 y en 1354, de España en 1492, y de Portugal en 1496, dispersándose por el centro de Europa, en los Países Bajos, Macedonia y Turquía.

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7 noviembre 2009 6 07 /11 /noviembre /2009 13:58
Paleolítico:                    104s1742%255B1%255D.jpg                                                               paleolitico.jpg
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El Paleolítico es una etapa de la prehistoria caracterizada por el uso de útiles de piedra tallada; aunque, también se usaban otras materias primas orgánicas para construir diversos utensilios: hueso, asta, madera, cuero, fibras vegetales, etc. (mal conservadas y poco conocidas). Es el período más largo de la historia del ser humano (de hecho abarca un 99% de la misma), se extiende desde hace unos 2,5 millones de años (en África) hasta hace unos 10 000 años. Etimológicamente significa Edad Antigua de la Piedra (παλαιός, paleos=antiguo, y λίθος, lithos=piedra), el término fue creado por el arqueólogo John Lubbock en 1865, por oposición al Neolítico (edad moderna de la piedra); constituyendo juntas lo que se denomina Edad de Piedra (se insiste en la elaboración de utensilios de piedra para establecer la oposición a la Edad de los Metales). El hombre del Paleolítico era nómada, es decir, se establecía en un lugar y se quedaba en él hasta agotar los recursos naturales.

El Paleolítico se caracteriza, a grandes rasgos, por la utilización de instrumentos gruesos, pesados, difíciles de manejar, mal trabajados en su mayoría. No tienen plena capacidad constructora. herramientas de piedra tallada, de ahí su nombre. Tradicionalmente el Paleolítico se divide en tres períodos, el Paleolítico Inferior, el Paleolítico Medio y el Paleolítico Superior; a él se le añade un período terminal llamado Epipaleolítico (la etapa siguiente al Epipaleolítico y anterior al Neolítico es el Mesolítico).

Cronologías:

Proponemos las siguientes cronologías:

El Paleolítico en el Mundo:

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Esta cronología es conservadora y se justifica en los hallazgos de la francesa Hélène Roche en los yacimientos etíopes de Kada Gona (Afar), donde las primeras herramientas talladas se han datado por medio del potasio-argón en 2,6 millones de años de antigüedad.[1] El hallazgo de Dmanisi (Georgia), permite saber que los seres humanos llegaron al Oriente Próximo hace 1,8 millones de años.[2] En el Extremo Oriente de Asia existen pruebas, más o menos sólidas, de una ocupación muy temprana, con yacimientos como Modjokerto, Java, o Logoluppo, China (entre otros) que superan 1,8 millones de años.[3] Por último, la Sima del Elefante, de la Sierra de Atapuerca[4] (Burgos) y Cueva Victoria (Murcia),[5] permiten demostrar que la ocupación humana de Europa supera 1,2 millones de años de antigüedad, si bien el resto más seguro corresponde al cráneo de Ceprano (Italia), con cerca de un millón de años.[6] Los datos sobre el resto del mundo (América, Oceanía, etc.) se han sacado de Migraciones prehistóricas de la humanidad.

Cuadro sinóptico de las Culturas Paleolíticas del Mundo:

 

Simplificado

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Escala en miles de años
fuente: por Oscar Alfredo Ferreyra
Las culturas más recientes han sido simplificadas

Genealogía humana simplificada:

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Escala en miles de años
Los Australopitecinos se han incluido en el diagrama, a modo de referencia, a pesar de no ser humanos (género Homo)
Los trazos verticales simbolizan posibles lazos de parentesco (hipótesis del origen único)

 

¿Cómo surgió la religión?

Las comunidades primitivas se vieron fuertemente arraigadas en sistemas de creencias que surgen por la necesidad de explicar los fenómenos naturales a partir de la propia experiencia. Tiene su origen en el mito y la leyenda como cauce de interpretación de la realidad y como explicación del lugar del hombre en el cosmos, generalmente a través de la narración de sucesos, el uso de múltiples metáforas y caracterizado por un pensamiento intuitivo y cierta lógica peculiar.

La evolución humana:

Hay una correspondencia bastante cercana entre períodos culturales y tipo humanos: al Paleolítico Inferior le corresponde Homo pollaris (sólo en África) y lo que tradicionalmente se ha denominado Homo erectus. No obstante, en la actualidad los restos de polla en el sahara demuestra que tenien la peste y se les caia la polla

El ser humano procede de un grupo de simios llamados hominoideos, que se dividieron hace quince millones de años: por un lado, los póngidos (chimpancés, gorilas y orangutanes) y, por otro, los Homínidos. Desde entonces, hasta ahora, hemos pasado por diversas fases de hominización con los siguientes antepasados:

  1. Los australopitecinos, homínidos surgidos en África hace algo menos de 5 millones de años. Comían vegetales, insectos y carroña. Aunque caminaban erguidos, su aspecto era de simio, su cerebro muy pequeño (500 cc) y no sabían fabricar herramientas. Hay varias especies de australopitecinos.
  2. Los arcántropos: Son los primeros seres humanos, pertenecen a varias especies (se denomina arcántropo a todos los miembros del género Homo datados en el Pleistoceno Inferior y Medio, anteriores a los humanos modernos). Dada la variabilidad tan enorme existente entre los arcántropos, lo que sigue es una generalización muy vaga: su cerebro era grande: entre 700 cc y 1.100 cc. Surgen hace 2’6 millones de años en África, y desde allí se extendieron por Europa y Asia hace algo más de un millón de años, gracias al uso del fuego, la ropa de abrigo y a que sabían fabricar cabañas y herramientas de piedra, madera y hueso para cazar.
    1. Homo habilis y Homo ergaster son sucesivos y propios de África. Al parecer H. ergaster se difundió hacia la región Paleártica diferenciándose dos ramas, una asiática y otra europea. Los restos de Dmanisi (Georgia) marcarían esa división.
    2. En Asia el género Homo derivó hacia Homo erectus, que sobrevivió hasta la llegada de los humanos modernos, es decir, fechas muy recientes.
    3. En Europa se convertiría en Homo heidelbergensis (inmediato antecesor del neandertal). En la Península Ibérica se habla, además, de un arcántropo de la Sierra de Atapuerca, en Burgos anterior a H. heidelbergensis: el discutido Homo antecessor.
  3. Los neandertales vivieron en Europa desde hace 200.000 años (cuando en África ya había humanos modernos).[7] Los neandertales se parecían a nosotros (su cerebro, como el nuestro, tenía 1.500 cc, pero con forma de balón de rugby, mientras que el nuestro se parece más a uno de fútbol), sin embargo, eran mucho más robustos y musculosos, con la cara más grande y con una cabeza aplastada. Eran muy inteligentes y ya enterraban a sus muertos lo que indica que ya creían en el «más allá».
  4. Los humanos modernos aparecimos en África hace 200.000 años y nos extendimos fuera de ese continente hace 50.000 años. En principio, los primeros miembros de esta especie reciben denominaciones diferentes a la nuestra, en virtud a leves diferencias físicas, a menudo se les denomina "Primitivos Modernos", es decir, Homo sapiens fossilis u Hombre de Cromañón. El ser humano moderno es el primero que habitó en todo el Mundo: llegando por vez primera a Australia y Oceanía por mar (en canoas) y a América desde Asia por el estrecho de Bering.

El Clima:

Por diversas razones (variaciones en la inclinación del eje de rotación de la Tierra, cambios en la órbita terrestre, ciclos polares...), el clima del mundo ha cambiado, hasta donde sabemos, desde del Precámbrico. Sin embargo las glaciaciones del Cuaternario son las mejor conocidas. En Europa, Norteamérica y Asia Central, por ejemplo, había períodos en los que el clima era como el actual, o sea, templado (Interglaciares), y otros en los que el clima se parecía al que hay ahora en Siberia, Groenlandia o Alaska —es decir, una media 10 ó 12 grados más baja (glaciaciones)—, durante los cuales se vivía como viven ahora los esquimales. Aunque las glaciaciones siguen siendo una referencia obligada a la hora de datar los acontecimientos del Paleolítico, actualmente están en revisión. La razón principal es que son episodios mal datados y regionales, no mundiales (no afectaron, por ejemplo, a África). Bien es cierto que se ha intentado una correlación entre los períodos glaciares de los diferentes continentes, sobre todo entre las glaciaciones clásicas de centro Europa, las del Mediterráneo y las del Atlántico, pero sigue siendo un tanto arriesgada.

Episodios Geoclimáticos del Pleistoceno

Episodios Geoclimáticos del Pleistoceno:
Antigüedad América Europa atlántica Magreb Europa mediterránea Europa central
10.000 años Post-Glaciar Flandriense Mellahiense Versiliense Post-Glaciar
80.000 años Wisconsin Devensiense Regresión Regresión Würm
140.000 años Sangamoniense Ipswichiense Ouljiense Tirreniense II y III Riss-Würm
200.000 años Illinois Wolstoniense Regresión Regresión Riss
450.000 años Yarmouthiense Hoxniense Anfatiense Tirreniense I Mindel-Riss
580.000 años Kansas Angliense Regresión Regresión Mindel
750.000 años Aftoniense Cromeriense Maarifiense Siciliense Günz-Mindel
1.100.000 años Nebraska Beestoniense Regresión Regresión Günz
1.400.000 años interglaciar Ludhamiense Messaudiense Calabriense Donau-Günz

En el Hemisferio Norte el casquete polar permanente superaba el paralelo 50 en los períodos de máximo glaciar. Se sabe que las glaciaciones afectaron también a los Andes y que la Patagonia se cubrió de una capa permanente de hielo. También hay glaciares extintos de época pleistocena en las montañas más altas de África central, Nueva Zelanda y otras zonas de Oceanía. G

En las zonas donde no hubo episodios glaciares, al menos en África, al tiempo que tenían lugar las glaciaciones, se sucedieron episodios de mayor humedad llamados pluviaciones; sin embargo son muy mal conocidos. A

A pesar de todo, es posible encontrar un sistema más preciso para medir las variaciones climáticas a nivel global, al menos desde hace unos 700.000 años, gracias a las llamadas Curvas de paleotemperaturas de Isótopos de Oxígeno. Según este sistema, el oxígeno de los océanos, concretamente algunos de sus isótopos (16O y 18O), varían su proporción. Dado que tales isótopos quedan atrapados en las conchas de animales marinos (foraminíferos), es posible calcular las variaciones por medio de sondeos estratigráficos submarinos. El más utilizado es el V28-238 del Pacífico, pero también lo hay en el Mediterráneo. Y

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Curva de paleotemperaturas de isótopos de oxígeno del Pacífico y del Mediterráneo
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Variaciones en las temperaturas de la Antártida según medidas isotópicas de sondeos en los casquetes polares

Similares medidas pueden tomarse, también por medio de los isótopos de deuterio (δD), que también refleja la cantidad de 18O en las conchas de foraminíferos, pero esta vez en sondeos practicados en los casquetes polares:

Modo de Vida

La economía era cazadora-recolectora muy sencilla, con ella conseguían comida, leña y materiales para sus herramientas, ropa o cabañas. La caza era escasamente importante al principio del Paleolítico, predominando la recolección y el carroñeo. A medida que el ser humano progresa física y culturalmente la caza va ganando importancia:

  • Los primeros homínidos apenas sabían cazar, especialmente los australopitecos y Homo habilis. Vivían de la recolección de vegetales comestibles (tubérculos, raíces, cortezas y brotes tiernos, frutas y semillas); de capturar pequeños animales (insectos, reptiles, roedores, polluelos, huevos...) y de animales muertos o enfermos que encontraban (carroña, sobre todo). Eran muy oportunistas.[9]
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Restos de Elephas antiquus exhumados en el yacimiento soriano de Ambrona
  • Los arcántropos ya cazaban, pero su verdadera base alimenticia siguió siendo la recolección y la carroña o las capturas oportunistas y con trampas. De hecho, los grandes yacimientos de Torralba y Ambrona (provincia de Soria, España),[10] donde los humanos despiezaban enormes elefantes antiguos (de hasta 20 tn de peso), no eran cazaderos, sino lugares de carroñeo.[11]
  • Los verdaderos humanos cazadores son los neandertales y los humanos modernos, que sin embargo, nunca dejaron de comer vegetales, pequeños animales o carroña. La caza casi siempre se hacía por medio de trampas. El Hombre de Neandertal y el hombre moderno también aprendieron a pescar por medio de arpones, redes o anzuelos.

Sin embargo, nunca se llegaba a romper el equilibrio del ecosistema, pues los cazadores y recolectores del Paleolítico no eran agresivos con el medio natural; no lo expoliaban ni acumulaban alimento innecesariamente. Al contrario, a menudo actuaban como un regulador, eliminando animales viejos, enfermos o extraviados, incluso, reciclando la carroña. La presión poblacional era escasísima, la naturaleza proporcionaba lo suficiente. No se trata de idealizar este modo de vida (como acertadamente indica Luis Vitale[12] ), sino de que nos demos cuenta de que el ser humano ha vivido en este planeta sin dañarlo el 99% de su existencia, y en sólo el 1% restante lo está destruyendo.

Los utensilios:
Categoría principal: Tecnología prehistórica

En esencia, las técnicas de fabricación de utensilios no cambian demasiado a lo largo del Paleolítico, a pesar de la multitud de culturas que han llegado a diferenciarse (véase Culturas mundiales paleolíticas); lo que sí ocurre es que se perfecciona mucho y se llega a un nivel de destreza asombroso.

  • Existieron útiles de hueso como los punzones, las azagayas o puntas de lanza, los arpones para pescar, propulsores, agujas de coser, anzuelos, bastones perforados (a menudo llamados "bastones de mando"), etc. Sin embargo los útiles de hueso sólo son abundantes con la aparición de los humanos modernos, en el denominado Paleolítico Superior.

Tradicionalmente se divide el Paleolítico en tres fases, aunque esto depende un poco de la región del mundo en la que estemos. Podríamos distinguir las siguientes etapas en la talla de la piedra:

  1. Paleolítico Inferior Arcaico: predomina la llamada Cultura de los Cantos Tallados o, más conocida con los apelativos anglosajones: Olduvayense y Pebble Culture. Los humanos de estas fases obtenían unos 10 cm de filo cortante de un kilogramo de roca.
  2. El Achelense (es una cultura con bifaces) y sus culturas hermanas sin bifaces de Asia (Pre-Soaniense-Soaniense, en India-China, y Padjitaniense en Japón, todas del Paleolítico Inferior), desarrolla unas técnicas de talla bifacial que permiten obtener hasta 40 cm de filo de un kilogramo de roca, para ello daban entre 25 y 70 golpes.
  3. El Musteriense y otras culturas musteroides (del denominado Paleolítico Medio) hacen al hombre capaz de obtener hasta dos metros de filo cortante de un kilogramo de roca, dando más de 70 golpes.
  4. Los Humanos modernos (Paleolítico Superior) llegaron a tal perfección que de un kilogramo de roca sacaban más de 26 m de filo cortante, aunque tenían que dar más de 250 golpes.[15]
Grupos Humanos:
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Cabaña temporal de ramas en Terra Amata, cerca de Niza (Francia). Pudo ser un asentamiento de primavera, tiene casi 400.000 años de antigüedad
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Cabaña de pieles construida dentro de la cueva de Lazaret Niza (Francia), probablemente un campamento base con algo menos de 200.000 años
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Una de las cabañas de un campamento veraniego de cazadores de renos en Pincevent Isla de Francia), tiene unos 14.000 años de antigüedad

No debía existir división del trabajo ni especialización, salvo para casos que requerían habilidades especiales (el chamán, el artesano...). Cada miembro del grupo era capaz de hacer de todo para sobrevivir, al margen de las capacidades individuales, mayores en unos individuos que en otros. Dado el dimorfismo sexual, es posible que hubiese cierta división del trabajo entre hombres y mujeres (en aquellos casos en los que la potencia física fuese esencial o se produjese un embarazo). También debió existir división del trabajo en función de las edades. Aunque esto, sin duda, favoreció la productividad, no implica necesariamente una jerarquización social. El hecho de que los hombres fuesen más fuertes que los niños, las mujeres o los ancianos no implica que ellos fuesen privilegiados o jefes.

Es seguro que hubo culturas patrilineales, matrilineales y multilineales. Pero el liderazgo no implicaba privilegios, ni era vitalicio o hereditario. La igualdad social es la única opción en una economía en la que no existen los excedentes, en la que no se puede acumular riqueza. Por la misma razón, es ilógico el robo, la guerra o la conquista. Los datos arqueológicos parecen corroborarlo. No hay señales de conflictos bélicos, tampoco había motivos, ya que la densidad de población era mínima. Se estima que el máximo poblacional era de 10 millones de seres humanos en todo el globo. La integración en la naturaleza era sólo posible gracias a la cohesión de un grupo igualitario en el que todos trabajan, no por propio beneficio, o por obligación, sino voluntad, por convencimiento.

Creencias:

La espiritualidad quizá aparece con los arcántropos: los de la Sima de los Huesos, uno de los yacimientos de la Sierra de Atapuerca, pues podría ser un santuario en el que, tal vez, fueron depositados los cadáveres, en vez de abandonarlos en el campo. Más tarde, los neandertales enterraban a sus muertos con ofrendas para el más allá,[16] una de cuyas manifestaciones es el arte paleolítico, que nació hace 30 000 años. Las obras de arte paleolítico están pintadas o esculpidas en las paredes de las cuevas (arte parietal) o decorando objetos de uso cotidiano (arte mobiliar): sobre todo, de hueso, como arpones, puntas de lanza, bastones, etc. Todavía no se sabe para qué servían las obras de arte paleolítico, pero es seguro que tenían una finalidad mágica o religiosa.

La religión era, a menudo, apotropaica (protectora) o tal vez se trataba de magia simpática, las Venus, figuras que aparecen en el registro arqueológico del Paleolítico Superior, proporcionan un indicio, ya que podrían haberse utilizado para asegurar el éxito en la caza o para lograr la fertilidad de la tierra y mujeres.[17] Las Venus paleolíticas del Paleolítico superior Venus figuritas se han explicado a veces como representaciones de la Madre Tierra, similar a la diosa

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7 noviembre 2009 6 07 /11 /noviembre /2009 13:42
Neolítico

El Neolítico (Piedra Pulida) —por contraposición al Paleolítico (Antigua Edad de Piedra)— es uno de los períodos en que se considera dividida la Edad de Piedra. El término fue acuñado por John Lubbock en su obra de 1865 que lleva por título Prehistoric Times.

Proviene del griego νέος, néos: ‘nuevo’; λίθος, líthos: ‘piedra’. Inicialmente se le dio este nombre en razón de los hallazgos de herramientas de piedra pulimentada que parecían acompañar al desarrollo y expansión de la agricultura. Hoy en día se define el Neolítico precisamente en razón del conocimiento y uso de la agricultura o de la ganadería. Normalmente, pero no necesariamente, va acompañado por el trabajo de la alfarería.

Desarrollo:

El Neolítico (o Revolución agrícola) tuvo su desarrollo en Oriente Próximo, desde donde se extendió por Asia, Europa y África. Sin embargo, tanto en Asia Oriental como en América cabe pensar en un desarrollo autóctono, al menos en gran medida.

La etapa de transición entre el Paleolítico y el Neolítico se conoce como Mesolítico, mientras que las fases del Paleolítico tardío contemporáneas con el Neolítico y el Mesolítico en otras regiones del planeta se conocen como Epipaleolítico. Se denomina Subneolítico a un pueblo o comunidad de economía cazadora-recolectora que recibe algún influjo de tipo neolítico, típicamente la alfarería, de sus vecinos agricultores.

La palabra «neolítica» significa ‘de la piedra moderna’, siendo sinónima, en lenguaje prehistórico, de ‘piedra pulimentada’, por constituir uno de sus rasgos más característicos; otros la llaman también ‘de los animales domésticos’, por ser la época en que el hombre hizo definitivamente la conquista del perro, el caballo, el buey, el cerdo, etc.
*Oscar Alfredo Ferreyra*

Aunque Neolítico se traduce literalmente como ‘Nueva (edad de) Piedra’, quizás sería más apropiado llamarlo ‘Edad de la Piedra Pulimentada’; sin olvidar que la principal característica que define actualmente el período no es otra que una nueva forma de vida basada en la producción de alimentos a partir de especies vegetales y animales domesticadas. Abarca distintos períodos temporales según los lugares. Se sitúa entre el 7000 a. C. y el 4000 a. C. aproximadamente. Este período se inició en el Kurdistán antes del 7000 a. C. (quizás hacia el 8000 a. C.) y se difundió lentamente, sin que en Europa pueda hablarse de Neolítico hasta fechas posteriores al 5000 a. C.

Influencia del cambio climático:

A partir del 8000 a. C., el cambio climático (época postglaciar) hizo huir a los rebaños de renos hacia el norte, provocando una disminución de la caza. Declinó la cultura, volviendo el hombre a las cuevas (aunque en algunos casos aislados se conservaron las chozas). El culto a los difuntos y los rituales funerarios se hicieron más complejos. Esta época es llamada «período de marasmo» y se sitúa en el final del Mesolítico y el principio del Neolítico. Este cambio de clima hacia el 8000 a. C (en que se pasó a un clima templado) hizo que el hombre modificara sus costumbres (lo que se facilitaría por los cambios climáticos —templado, frío, templado, frío— del período entre el 12000 a 8000 a. C.).

Las diferencias culturales de una zona a otra son perceptibles pero resulta imposible dar otro calificativo a los hombres que pueblan extensas zonas que la de Homo sapiens u Hombre de Cro-Magnon, sin que puedan establecerse diferencias étnicas regionales que necesariamente hubieron de darse por el desarrollo separado de los distintos grupos, el ambiente geográfico distinto, la diversa climatología, los hábitos alimentarios diferentes y las múltiples costumbres locales.

Del establecimiento de la ganadería y de una economía de base ganadera surge la trashumancia, que pone en contacto a los pueblos y, consecuentemente, facilita la comunicación entre gentes de culturas, tierras y tribus diversas. La emigración de tribus y la difusión de técnicas, que cada grupo aprende del grupo vecino, va extendiendo las culturas neolíticas desde su foco originario hacia el resto del mundo. De estos contactos y del desarrollo simultáneo de la agricultura surgen, entre otras cosas, los primeros molinos manuales para moler los granos que se cultivan.

Características de este período son la completa domesticación de algunos animales (el asno, el caballo, el reno y otros), la sustitución de los útiles de piedra tallada por los de piedra pulimentada (que no es la novedad más importante, si bien es la que da nombre al período), una práctica desaparición de las manifestaciones artísticas y el desarrollo de los cultivos en la primera fase, seguida de un decaimiento general.

Surgimiento de la agricultura y los poblados:

Puede seguirse el Neolítico con relativa exactitud en la zona de Canaán, región en donde surgen culturas agrícolas, sedentarias (las primeras culturas agrícolas surgieron sin duda en el Sudeste de Anatolia (Çatalhöyük) hacia el 8000 a. C.) probablemente antes del 7000 a. C. Se sabe de la siembra, recolección y almacenaje de cereales, y se sabe que domesticaron algunos animales, y entre ellos, el primero, el perro[cita requerida]. Se construyeron poblados de casas de adobe, con cubierta plana, aproximadamente rectangulares en medianería, sin calles y con entrada por la cubierta. También cabañas circulares, semi-subterráneas, de una sola cámara, con los muros y el suelo cubiertos de barro (Jyroquitya, en Chipre).

La innovación se difundió con extrema rapidez y antes del 7000 a. C. ya se constata al menos una aldea, Jericó, con una superficie de unas cuatro hectáreas (cuatro manzanas), con una muralla de piedra y un foso excavado de unos 8 metros de ancho por 3 metros de fondo, y con, al menos, una gran torre circular de 9 m de altura, que se pensó servía como torre de vigilancia, con escalera para acceder al techo y a la parte alta de la muralla, pero que realmente resultó ser un muro contra inundaciones y un almacén de grano.

Esta primera cultura neolítica (Neolítico pre-alfarero) duró desde aproximadamente el 7500 a. C. al 6500 a. C. y fue sustituida por otra «invasión» desde el norte, de Anatolia, que duró también unos mil años (6500 al 5500 a. C.); siguió después otra cultura neolítica procedente también del norte, que subsistió otros mil años (5500-4500 a. C.). Estas culturas se fueron difundiendo por toda Eurasia, acelerándose la difusión después del 5000 a. C., fecha en que puede fijarse el inicio del periodo neolítico en el continente europeo, alcanzando poco después la Península Ibérica.

Utensilios agrícolas típicos del Neolítico y sus posibles empleos a través de antiguas representaciones egipcias.
La alfarería:
Alfarería neolítica.

Un descubrimiento de capital importancia para la vida del hombre, y que tuvo un desarrollo muy rápido, es la alfarería. Permitió la construcción de recipientes para líquidos y facilitó enormemente la vida del hombre, que ya no necesitaba estar permanentemente en las cercanías del agua, o realizar a menudo largos recorridos para abastecerse, pues almacenaba el agua, y también granos, semillas, productos molidos, etcétera, en los recipientes de alfarería. Solo necesitaba desplazarse periódicamente para renovar el abastecimiento de la cantidad consumida desde el suministro anterior.

Antes se usaban calabazas vacías (que podían contener agua pero no podían ponerse al fuego) y cestos de mimbre (que no podían contener agua). Posteriormente estos recipientes de mimbre se impermeabilizaron con la arcilla seca al sol o cocida al fuego. Más tarde aprendieron a dar la forma a la arcilla con un esqueleto de mimbre muy simple y luego sin esqueleto. La forma era a menudo de calabaza y las dimensiones parecidas al cesto de mimbre.

Los cazadores usaban en raras ocasiones las piezas de arcilla (por ejemplo, no servían como carcaj por su fragilidad), prefiriendo las de mimbre o de tejidos. En cambio, a los ganaderos y agricultores les proporcionaba seguridad en el almacenamiento de agua y otros productos lo cual, junto con los medios de conservación de la carne, les hacía menos dependientes de la caza diaria.

En esta época se difunde el uso de las piezas de alfarería, cuya utilización en la Península Ibérica es segura, existiendo restos del Neolítico medio.

Aparecida la alfarería, el hombre intenta decorarla. Hay indicios de que las primeras decoraciones se hacían con cuerdas, utilizadas a menudo de refuerzo, pero después se introdujeron otras variantes: la acanaladura, el cordón (línea en relieve a modo de cuerda, ligeramente debajo del borde) y las asas de diversos tipos.

La cerámica de la época inicial (hacia el 4000 a. C.) es de la llamada «cardial», con incisiones de diversos tipos en la arcilla blanda pero ya moldeada, hechas con los dedos o con punzones o espátulas de hueso o piedra pulida. Recibe el nombre de cardial por estar producidas la mayoría de las incisiones con la concha de un molusco llamado Cardium edule (berberecho). Las incisiones, a menudo combinadas, buscaban efectos simétricos.

La vida en el Neolítico:

Hacha pulida.

El cambio climático provoca una lenta conversión de la economía de subsistencia, basada en la caza, hacia una economía más estable de base ganadera y apoyada en los cultivos. Se aprecia que el hombre deja las montañas para desplazarse hacia los llanos en persecución de sus presas de caza. El hombre vuelve a las cuevas aunque en algunos puntos pudo conservar la utilización de chozas en las cercanías de ríos.

El desarrollo de la ganadería da lugar a la trashumancia y a los contactos relativamente frecuentes con gente de otras tierras, existiendo una mayor intercomunicación entre las diversas tribus. Para las hachas y otros instrumentos se utiliza la piedra pulida y los útiles y algunas herramientas se fabrican frecuentemente con hueso. Aparecen también útiles de obsidiana.

El culto a los muertos:

El culto a los muertos empieza a desarrollarse y aparecen los primeros megalitos (en realidad el culto a los muertos apareció hace 30.000 años, como lo demuestra el enterramiento de la cueva de Morín, en Cantabria).

Trenzados de fibras:

Utensilios relacionados con la ganadería típicos del Neolítico y sus posible empleos a través de antiguas representaciones mesopotámicas.

Empiezan a usarse los primeros trenzados de fibras. Probablemente los primeros se hicieron toscamente con ramas. La técnica fue evolucionando hasta llegarse a cestos bastante bien logrados en el Neolítico, producto de la necesidad de recolección de frutos, que existía hacia cientos o miles de años. Los cestos se hicieron de mimbre. En éstas, los humanos se dieron cuenta, por causas desconocidas, quizás por casualidad, de que algunos productos, como la lana, el lino y el cáñamo (y luego otros) podían estirarse mediante un tosco huso o una barra de madera redonda, a modo de imitación de los tejidos de los cestos podían tejerse estos hilos y fabricar telas. Seguramente al principio se pensó utilizar el invento para hacer cestas más ligeras, antes de destinarlos a telas de vestidos. Otra prenda muy difundida es el saco, tejido en esparto.

Manejo de los animales:

En este período el hombre ha domesticado al perro.ª El hueso se usa frecuentemente.

Para conservar la carne se usa el sistema del acecinado, secado al sol o salado, colocándola colgada en el centro de una figura de tres estacas con el suelo en el mismo vértice.

La habilidad manual de los pobladores de la época se utilizaba en la preparación de trampas de cuerdas de cierta complejidad. El animal capturado por las cuerdas anudadas tendidas por el hombre, era rematado después por este. El desarrollo de las trampas coincide con el culto a la araña, extendido por todas las culturas neolíticas de Europa Occidental y otras, culto probablemente vinculado a la habilidad de este pequeño animal para colocar sus trampas, las telas de araña.

El humano estaba habituado a seguir las huellas de los animales y es notoria la especialización que habían alcanzado, hasta el punto de que en las pinturas rupestres, en los pies están representadas perfectamente las pezuñas tal y como se marcaban en el suelo. Al parecer, por las representaciones pictóricas, los hombres corrían a una altísima velocidad, persiguiendo a sus presas.

De esta época son también las primeras cucharas, que no se usaban para comer sino para mezclar los alimentos en cocción.

En esta época, a raíz de capturas de jabalíes vivos (jabatos), principalmente hembras, estos animales fueron domesticados y dieron origen al cerdo (en general el jabalí era una pieza de caza). A menudo se representan en las pinturas rebaños de jabalíes que no son objeto de caza y que podría tratarse de rebaños en proceso de domesticación.

Las danzas rituales:

Las danzas rituales, asociadas a ritos de fertilidad y a las prácticas religiosas (que ahora desconocemos) de la época, siguen practicándose. Probablemente, cada grupo disponía de un hechicero, que se adornaba con una cabeza de toro salvaje hueca y una piel de toro que incluía la cola. Estos hechiceros son los que aprendían y difundían las nuevas técnicas, trasmitían sus conocimientos a su sucesor o sucesores y hasta es posible que fueran los autores de las pinturas rupestres pues en general estas se suponen asociadas a ritos religiosos o mágicos.

Los hechiceros tenían vagos conocimientos astronómicos (observaban el cielo y en una pintura esta representada la Osa Mayor); observaban las costumbres de los animales, salvajes o no, para hacer más fácil su captura o imitarlos (por ejemplo la araña, pero también otros) y ensayaba sobre vegetales, comestibles o no.

Ejecuciones y asambleas de guerreros:

Existen representaciones de ejecuciones: una falange de guerreros, entre los que parece distinguirse uno de los demás por su posición y por el uso de una pieza en la cintura, y que probablemente debía ser el jefe del grupo, dispara flechas contra un condenado. ¿Eran sacrificios humanos ligados a creencias religiosas? ¿Eran ejecuciones de prisioneros de guerra? ¿Era la aplicación de la pena capital por algún delito? No es posible saberlo.

En este período se celebraban asambleas o reuniones de guerreros, representadas no solo para las ejecuciones, creyéndose que tenían importancia política o religiosa. Se representan escenas con unos veinte guerreros lo que demostraría la existencia de grupos de unos cien individuos o más, ya que hay que incluir a las mujeres, niños, ancianos, adolescentes, hechiceros y sus ayudantes, centinelas, y otros (se supone que la población de Çatalhöyük era de unos 3000 habitantes). Se cree que la asamblea de guerreros ejercía un poder decisorio. Por algunas representaciones se deduce que la asamblea, si no tenía carácter militar, tenía una finalidad religiosa, venerándose a las pinturas de los grandes animales o a estos mismos (de la veneración de las pinturas neolíticas existe constancia en épocas posteriores, incluso en tiempos de los romanos, presumiéndose que la tradición de su veneración continuó sin interrupción desde el Neolítico al periodo romano).

Las primeras ciudades:

Los densos agrupamientos de aldeas y pequeñas ciudades, confinados en principio a los márgenes de las corrientes de agua naturales, tuvieron que recurrir cada vez más al regadío artificial para regar sus campos de trigo y cebada. Hacia el 6.350 A.C. se levantaron templos monumentales de ladrillo de adobe en el centro de importantes ciudades como Eridu y Al Ubaid. Las primeras ciudades surgieron en la zona de Oriente Próximo entorno a los 7000 años de antigüedad y asociadas a las primeras culturas neolíticas. La cercanía de los ríos Eufrates y Tigris permitió el cultivo de cereales y otras plantas que podían ser regadas por medio de las obras de canalización que realizaron los habitantes de estas primeras ciudades. Surgieron también los primeros edificios públicos que caracterizan a la ciudad, los palacios y los templos. Unos y otros funcionarán como grandes oficinas administrativas en las que se llevaba el control de la producción de alimentos y del comercio. La necesidad de administrar esta información llevó a la aparición de sencillas formas de anotación, contabilidad y escritura.

La miel y las bebidas:

El uso de la miel continúa. Su importancia deriva del hecho de que era el único alimento dulce conocido, igual que la sal era el único salado. Además, de los panales se obtenía la cera, que seguramente se usaba en rituales mágicos, religiosos o funerarios.

De la miel se obtuvo en una época indeterminada el hidromiel, solución acuosa de miel que a consecuencia de la fermentación alcohólica ha perdido toda o parte de la materia azucarada y se ha convertido en alcohol etílico, siendo parecido en su sabor a algunos tipos de vino. El hidromiel tenía un color brillante y dorado, que lo asemejaba igualmente a ciertos vinos. Para fabricar hidromiel se usaba el agua utilizada para lavar utensilios que habían contenido miel, a la cual se añadía miel (25% de miel y 75% de agua) con el polen extraído de los panales para su fermentación (0,05%), creándose una bebida de unos quince grados.

Otra bebida es la cerveza, que es anterior a los cultivos. Se cree que los pobladores neolíticos calentaban al máximo una piedra hueca conteniendo agua y plantas silvestres, fermentándolo con las mismas hierbas masticadas y escupidas en el líquido. Este procedimiento se usaba aun en la industria lechera vasca a principios del siglo XX para fabricar cuajada o mamilla (si bien la leche se introducía en recipientes de madera en los que se introducían las piedras calientes). Fue en Egipto donde se aprendió a elaborar la cerveza con cebada, sistema que probablemente no alcanzó Europa hasta el período de los indoeuropeos o celtas.

No se conocía el vino ni tampoco el aceite, usándose grasas animales. Sin embargo, a raíz de la domesticación del ganado se conocía la leche, aunque solo se usaba la de cabra, no difundiéndose el uso de la leche de vaca hasta la época romana.

Las harinas:

El trigo, que era una planta silvestre difundida en Asia menor, fue cultivado desde antiguo en Oriente Medio y su cultivo se difundió en el Neolítico llegando a Europa hacia el 5000 a. C. Se comían los granos de trigo y otros cereales. Más tarde se trituraron, comiéndolos triturados o convertidos en pasta. A veces también se comían los granos hervidos.

Los sistemas de moler harina con molinos de piedra se difundió en el Neolítico. La pasta o masa de harina y agua se cocía en piedras calientes. Más tarde se descubrió el sistema de fermentación y su cocción comenzó a realizarse en hornos cada vez más evolucionados. Se fabricaba el pan con harina de trigo, de cebada y de centeno, y probablemente también con de otros cereales como mijo y avena.

Arte neolítico:

El estilo naturalista del Paleolítico, abierta a las sensaciones y a la experiencia, se transforma en una intención artística geométricamente estilizada, cerrada a la riqueza de la realidad empírica. En lugar de las minuciosas representaciones fieles a la naturaleza, plenas de cariño y paciencia para los detalles del modelo correspondiente, encontramos por todas partes signos ideográficos, esquemáticos y convencionales, que indican más que reproducen el objeto. El arte neolítico tiende a ahora a fijar la idea, el concepto, la sustancia de las cosas, es decir a crear símbolos en vez de imágenes.

El cambio de estilo que conduce a estas formas de arte completamente abstractas depende de un giro general de la cultura, que representa quizá el corte más profundo que ha existido en la historia de la humanidad.

Del Neolítico se conservan grandes monumentos megalíticos, entre ellos:

  • Los menhires: monolitos verticales ocasionalmente antropomorfos, con los que se hacía culto al sol.
  • Los dolmenes: sepulturas construidas con dos o más piedras verticales cubiertas por una losa horizontal.
  • Los crómlechs: conjuntos de menhires y dólmenes de forma circular que solían tener carácter religioso.

Además en este período se desarrolló un estilo de pintura rupestre en la zona levantina de la Península Ibérica basado en la pintura de escenas de caza en rocas al aire libre, con representaciones esquemáticas de figuras humanas.

El Neolítico medio o pleno:

Se puede situar el Neolítico medio o pleno entre el 3500 a. C. y el 2500 a. C.

Es en este período que la alfarería alcanza su mayor difusión, con la importancia que tuvo para la vida del hombre. La alfarería de entonces corresponde al tipo llamado de alfarería con acanaladura que da idea de un mayor desarrollo de la cerámica en general.

Llama la atención en este período la desaparición de los cultivos agrícolas, que adquirieron bastante desarrollo en la etapa anterior, y que en esta casi se extinguen o cuando menos retroceden en forma notoria. No se conoce la causa que motivó este fenómeno general.

Parece ser que este período provocó desplazamientos masivos de poblaciones que se asentaron en determinadas zonas geográficas. En Cataluña se percibe claramente el asentamiento de una población procedente seguramente de Suiza y del norte de Italia, que empujó a los primeros emigrantes orientales del período anterior más al Sur. Los emigrantes instalados en Cataluña, que constituyen la Cultura de las sepulturas de fosa, aportaron una cultura de base agrícola y ganadera, que establecía sus poblados en cabañas en los llanos, enterrándose en fosas como sepultura, distintas de la sepultura en cuevas, lo que demuestra que no las utilizaban. Sin duda pasada la primera época de invasión, y asentada sólidamente la población, estos emigrantes pudieron adoptar nuevas costumbres funerarias, religiosas, económicas y sociales, influidos no solo por la cultura de donde procedían, sino también por los restos de la cultura mesolítica anterior a la primera emigración oriental, y por esta primera cultura oriental.

La trashumancia puso en contacto a los pobladores de diversas regiones. Así la cultura arcaizante, Asturiense, de la cornisa Cantábrica y Aquitania, la Cultura de las Cuevas en el Valle del Ebro (neolítica), y la Cultura de los Sepulcros de fosa en Cataluña.

En esta época ya aparecieron algunos elementos de bronce en Francia, hacia el final del período.

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7 noviembre 2009 6 07 /11 /noviembre /2009 13:37

Homo Habilis, los primeros humanos

Homo HabilisHomo Habilis es el primer representante del género Homo (el nuestro). Habilis no era muy diferente del Australopithecus Africanus, tenía una capacidad craneal media de unos 600 centímetros cúbicos y era quizá un poco más pequeño que los Australopithecus y que sus contemporáneos del género Paranthropus.

Los restos fósiles encontrados por el matrimonio Leakey, en 1959, en las gargantas de Olduvai (Tanzania) revelan que eran individuos de unos 140 cm de altura, con una capacidad craneal de unos 600 cm3 de promedio y un esqueleto con rasgos anatómicos más modernos que los de los australopitecos y con piezas dentarias más pequeñas.

Homo HabilisEl nombre asignado a esta especie (habilis) hace referencia al hecho de que estos humanos son los primeros talladores que tenían la capacidad técnica para fabricar utensilios. Fabrican las primeras herramientas de piedra y son cantos rodados y piedras talladas toscamente por una cara (choppers) o por dos (chopping tools).

Los análisis al microscopio electrónico de las muescas de desgaste de la dentadura, junto con otras evidencias indirectas, muestran que su dieta incluía la carne, sin embargo no podemos decir que fueran todavía cazadores, practicaban más bien una actividad de carroñeo. Probablemente solían aprovechar el tuétano de los huesos procedentes de los despojos de la caza de otros depredadores. Los cantos tallados serían utilizados para fracturar el hueso y extraer el tuétano. También utilizarían los instrumentos de piedra para cortar plantas y triturar ciertos productos vegetales duros.

El Homo habilis todavía no conocía el uso del fuego, ni tampoco estaría en posesión de un lenguaje articulado, aunque en los moldes de un cráneo de un Homo habilis se ha observado que tenían una circunvolución de Broca bastante desarrollada.

Homo HabilisAnalizando algunos de los huesos de las extremidades recuperados se puede reconocer que se trata de una especie con un aspecto mucho más humano. La cabeza del fémur es mucho más grande y de forma más corta y redondeada. También la pelvis tiene un aspecto mucho más moderno.No hay dudas que su andar era erguido, así lo atestiguan los rasgos de su pelvis, columna, miembros y foramen magnun. Podemos concluir que tanto los huesos de las manos como de las piernas estaban más próximo a los seres humanos modernos que a los antropomorfos.

Homo Habilis tenía ciertos rasgos simiescos como unos brazos muy largos con respecto a las piernas. Sin embargo experimentó una expansión cerebral a la vez que una reducción del aparato masticador, y, lo que es más importante, sus restos son los primeros, de momento, que han aparecido asociados a industrias líticas.

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6 noviembre 2009 5 06 /11 /noviembre /2009 23:58
Mesopotamia
Situación de las ciudades de la antigua Mesopotamia.
Para otros usos de este término, véase Mesopotamia (desambiguación).

Mesopotamia (del griego: Μεσοποταμία, "entre ríos", traducción del antiguo persa Miyanrudan, "la tierra entre los ríos", o del arameo Beth Nahrin, "entre dos ríos") es el nombre por el cual se conoce a la zona del Oriente Próximo ubicada entre los ríos Tigris y Éufrates, si bien se extiende a las zonas fértiles contiguas a la franja entre los dos ríos, y que coincide aproximadamente con las áreas no desérticas del actual Irak. El término alude principalmente a esta zona en la Edad Antigua.

Neolítico:
Localización aproximada de las culturas Hassuna-Samarra y Halaf durante el "período 6".

En el interior de Mesopotamia, la agricultura y la ganadería se impusieron entre 6000 y 5000 a. C., suponiendo la entrada de lleno al Neolítico.[1] Durante este período, las nuevas técnicas de producción que se habían desarrollado en el área neolítica inicial se expandieron por las regiones más tardías, entre ellas la Mesopotamia interior.[1] Ello trajo el desarrollo de ciudades. Algunas de las primeras fueron Buqras, Umm Dabaghiyah y Yarim, y, más tardíamente, tell es-Sawwan y Choga Mami, que formaron la llamada cultura Umm Dabaghiyah. Posteriormente es sustituida por las culturas de Hassuna-Samarra entre 5600 y 5000 a. C., y Halaf, entre 5600 y 4000 a. C. (Halaf tardío).[2] [1]

Aproximadamente en el 3000 a. C., apareció la escritura, en aquella época utilizada solo para llevar las cuentas administrativas de la comunidad. Los primeros escritos que se han hallado están escritos sobre arcilla (muy frecuente en aquella zona) con unos dibujos formados por líneas (pictogramas).

La civilización urbana siguió avanzando durante el período de El Obeid[3] (5000 a. C.3700 a. C.) con avances en las técnicas cerámicas y de regadío[4] y la construcción de los primeros templos urbanos.[5]

Tras El Obeid, se sucede el Período de Uruk, en el cual la civilización urbana se asentó definitivamente con enormes avances técnicos como la rueda y el cálculo, realizado mediante anotaciones en tablillas de barro y que evolucionaría hacia las primeras formas de escritura.[5]

Los sumerios:

Después del año 3000 a. C. los sumerios crearon en la baja Mesopotamia un conjunto de ciudades estado como lo son Uruk, Lagash, Kish, Uma, Ur , Eridu y Ea cuyo medio económico se basaba en el regadío. En ellas había un rey absoluto el cual se hacia llamar Vicario del dios protector de la ciudad. Fueron los primeros en crear la escritura cuneiforme, también construyeron grandes templos.

El período dinástico arcaico
Artículo principal: Período dinástico arcaico
Situación de las principales ciudades sumerias y alcance de esta cultura durante el período dinástico arcaico.

La difusión de los avances de la cultura de Uruk por el resto de Mesopotamia dio lugar al nacimiento de la cultura sumeria. Estas técnicas permitieron la proliferación de las ciudades por nuevos territorios. Estas ciudades pronto se caracterizaron por la aparición de murallas, lo que parece indicar que las guerras entre ellas fueron frecuentes. También destaca la expansión de la escritura que saltó desde su papel administrativo y técnico hasta las primeras inscripciones dedicatorias en las estatuas consagradas de los templos.[6]

Pese a la existencia de las listas reales sumerias la historia de este período es relativamente desconocida, ya que gran parte de los reinados expuestos en ellas tienen fechas imposibles. En realidad, estas listas se confeccionaron a partir del siglo XVII a. C., y su creación se debió probablemente al deseo de los monarcas de remontar su linaje hasta tiempos épicos. Algunos de los reyes son probablemente reales pero de muchos otros no hay constancia histórica y otros de los que se sabe su existencia no figuran en ellas.[6]

El Imperio Acadio:
Mapa de la extensión del Imperio Acadio con las conquistas de Sargón y las principales revueltas posteriores. Los ciento cincuenta años de dominio acadio dejarán un profundo recuerdo en la metalidad mesopotámica, que, en los siglos posteriores, será la cuna de grandes imperios sucesivos, para cuyos monarcas, Sargón y su nieto, Naram-Sim, se convertirán en los modelos arquetípicos de emperador. Sobre el primero se proyectarán las virtudes a seguir, convirtiéndole en mito; sobre el segundo, el antimodelo del imperio agotado en sofocar rebeliones.[7]

Los semitas eran nómadas que habitaban en la península arábiga. Hacia 3000 a. C. se extendieron hacia el norte, fundando diferentes grupos como los amorreos, en los que se incluyen fenicios, israelitas y arameos. En Mesopotamia los más importantes fueron los acadios.

Hacia 2350 a. C., Sargón, un usurpador de origen acadio, se hizo con el poder en la ciudad de Kish. Fundó una nueva capital, Agadé y conquistó el resto de ciudades sumerias, venciendo al rey de Umma hasta entonces dominante, Lugalzagesi. Este fue el primer gran Imperio de la historia y sería continuado por los sucesores de Sargón que se tendrían que enfrentar a constantes revueltas. Entre ellos destacó el nieto del conquistador, Naram-Sin. Esta etapa marcó el inicio de la decadencia de la cultura e idioma sumerios en favor de los acadios.

El imperio se deshizo hacia el 2220 a. C., debido a las constantes revueltas y las invasiones de los nómadas amorreos y, principalmente, gutis. Tras su caída, la región entera cayó bajo el dominio de esta tribu, que se impuso sobre las ciudades-estado de la región, especialmente en el entorno de la destruida Agadé. Las crónicas sumerias los describen constantemente de forma negativa, como "horda de bárbaros" o "dragones de montaña", pero es posible que la realidad no fuese tan negativa; en algunos centros se produjo un verdadero florecimiento de las artes. Es el caso de la ciudad de Lagash, especialmente durante el gobierno del patesi Gudea. Además de la calidad artística, en las obras de Lagash se utilizaron materiales provenientes de regiones lejanas: madera de cedro del Líbano o diorita, oro y cornalina del valle del Indo; lo que parece indicar que el comercio no se debió ver especialmente lastrado. Las ciudades meridionales, más alejadas del centro de poder guti, compraban su libertad a cambio de importantes tributos; Uruk y Ur prosperaron durante sus IV y II dinastías.[8] [7]

Renacimiento sumerio:
Extensión del imperio de la Tercera Dinastía de Ur.

Según una tablilla conmemorativa fue Utu-hegal, rey de Uruk, quien en torno a 2100 a. C. derrotó y expulsó a los gobernantes gutis de las tierras sumerias. Su éxito no le sería de mucho provecho ya que poco después el rey de Ur, Ur-Nammu, consiguió la hegemonía en toda la región con la llamada III dinastía de Ur o Renacimiento sumerio. El imperio surgido a raíz de esta hegemonía sería tan extenso o más que el de Sargón, del que tomaría la idea de imperio unificador, influencia que se aprecia incluso en la denominación de los monarcas, que a imitación de los acadios se harán llamar "reyes de Sumer y Acad".[9]

A Ur-Nammu le sucederá su hijo, Shulgi que combatió contra Elam y las tribus nómadas de los Zagros. A éste le sucedió su hijo Amar-Suen y a éste primero un hermano suyo, Shu-Sin y después otro Ibbi-Sin. En el reinado de este último los ataques de los amorreos, provenientes de Arabia, se hicieron especialmente fuertes y en el 2003 a. C. caería el último imperio predominantemente sumerio. En adelante será la cultura acadia la que predomine y posteriormente Babilonia heredará el papel de los grandes imperios sumerios.[

Las dinastías amorritas:

Con la caída de la hegemonía de Ur no se repitió un período de oscuridad como el que había acontecido con la del Imperio Acadio. Esta etapa estará marcada por el ascenso progresivo de dinastías amorritas en prácticamente todas las ciudades de la región.

Durante los primeros cincuenta años parece que fue la ciudad de Isín la que trató sin éxito de imponerse en la región. Posteriormente, hacia 1930 a. C. serán los monarcas de Larsa los que se lancen a la conquista de las ciudades vecinas, atacando Elam y las ciudades del Diyala y conquistando Ur, pese a lo cual no consiguió un dominio completo en la región; sin embargo, conservó su hegemonía hasta prácticamente la caída ante Hammurabi, salvo un período entre 1860 y 1803 a. C. en el que la vecina Uruk consigue desafíar su puesto.

En Elam la influencia acadia se hizo más fuerte y el reino estuvo plenamente inmerso en los asuntos mesopotámicos. En la mesopotamia septentrional y en Asiria, surgieron los primeros estados fuertes, posiblemente reformados por el comercio existente entre las áreas de más al sur y la Anatolia. Destacó el reinado de Shamshi-Adad I quien llegó hasta la costa mediterránea, imponienedo vasallaje a las ciudades de la región.

El Imperio Paleobabilónico:
Mapa del Imperio paleobabilónico tras las conquistas de Hammurabi, hacia 1750 a. C. Los nómadas casitas, tal vez originarios del sureste de Irán, ya se habían establecido en los montes Zagros, en el límite oriental del imperio. No tardarían en avanzar sobre él.

En 1792 a. C. Hammurabi llega al trono de la hasta entonces poco importante ciudad de Babilonia, a partir de la cual comenzará una política de expansión; en primer lugar se liberó de la tutela de Ur para, en 1786, enfrentarse al vecino rey de Larsa, Rim-Sin, arrebatándole Isín y Uruk; con la ayuda de Mari, en 1762 venció a una coalición de ciudades de la ribera del Tigris, para, un año después, conquistar la ciudad de Larsa. Tras esto se proclamó rey de Sumer y Acad, título que había surgido en tiempos de Sargón de Acad, y que se había venido utilizando por los monarcas que conseguían el dominio de toda la región de Mesopotamia. Tras un nuevo enfrentamiento con una nueva coalición de ciudades conquistó Mari, tras lo cual, en 1753, completó su expansión con las conquistas de Asiria y Eshnunna, al norte de Mesopotamia.

Con el paso de los siglos la imagen del monarca se mitificó, no sólo debido a sus conquistas, sino también a su actividad constructora y de mantenimiento de los canales de riego, y a la elaboración de códigos de leyes, como el conocido código de Hammurabi. Todo esto le colocó en la estela de Sargón I.

Hammurabi murió en 1750 a. C., tras lo cual reinó Samsu-iluna, quien tuvo que enfrentarse a un ataque de los nómadas casitas. Esta situación se repetiría en 1708, durante el reinado de Abi-Eshuh. En efecto, desde la muerte del conquistador, los problemas con los casitas se habían multiplicado. Esta presión fue constante y en progreso durante el siglo XVII a. C., lo que fue desgastando al imperio. Fue un ataque del rey hitita, Mursili I, lo que le dio la puntilla, tras lo cual la región cayó bajo el poder de los casitas.

Historia arqueológica:

Los primeros sondeos en la región se llevaron a cabo en 1786 por el vicario general Joseph de Beauchamps, pero habría que esperar hasta 1842 para la primera excavación arqueológica real. Fue motivada por el consul francés en Mosul, Paul Émile Botta, y se centró en el área de tell Kujunjik, cerca de Nínive. Los resultados no fueron interesantes pero, tras trasladarse la excavación por consejos de un aldeano, aparecieron unos bajorrelieves asirios, lo que supuso el primer hallazgo histórico de las civilizaciones mesopotámicas, desde las que, hasta entonces, sólo se sabía por las menciones en la Biblia.[10]

A partir de este momento la investigación estuvo marcada por la rivalidad entre ingleses y franceses. Los primeros hallaron el principio de la biblioteca de Asurbanipal, los segundos, el palacio de Sargón II en Khorsabad cuyos hallazgos tuvieron un desgraciado fin, al hundirse en el Tigris una embarcación con 235 cajas de material.[10]

En el área del sur, en la década de 1850, se descubrieron las ciudades de Uruk, Susa, Ur y Larsa, si bien no fue a partir de 1875 cuando se hallaron evidencias de la civilización sumeria. Hasta los primeros años del siglo XX aparecieron gran cantidad de restos, incluido un gran número de estatuas de Gudea. En esta etapa también comienzan a florecer las excavaciones de alemanes y estadounidenses.[10]

Cultura:

Las culturas de Mesopotamia fueron pioneras en muchas de las ramas de conocimiento; desarrollaron la escritura que se denominó cuneiforme, en principio pictográfica y más adelante la fonética; en el campo del derecho, crearon los primeros códigos de leyes; en arquitectura, desarrollaron importantes avances como la bóveda y la cúpula, crearon un calendario de 12 meses y 360 días e inventaron el sistema de numeración sexagesimal.

Sus restos, aunque quizás todavía hay muchos por descubrir, muestran una cultura que ejerció una poderosa influencia en otras civilizaciones del momento y por ende el desarrollo de la cultura occidental.

Ciencias:

El cálculo floreció en Mesopotamia mediante un sistema decimal y sexagesimal, cuya primera aplicación fue en el comercio. Además de suma y resta conocían multiplicación y división y, a partir del II milenio a. C. desarrollaron una matemática que permitía resolver ecuaciones de hasta tercer grado. Conocían asimismo un valor aproximado del número π, de la raíz y la potencia, y eran capaces de calcular volúmenes y superficies de las principales figuras geométricas.[11]

La evolución astronómica floreció de igual forma. Los sumerios sabían distinguir entre planetas –objetos móviles– y estrellas. Pero fueron los babilonios quienes más desarrollaron este campo, siendo capaces de prever fenómenos astronómicos con antelación. Este conocimiento de la astronomía les llevo a adoptar un preciso calendario lunar, que incluía un mes suplementario que lo ajustaba al solar.[11]

También se han encontrado tratados de medicina y listados sobre geología, en los que se trataba de clasificar los diferentes materiales.[11]

Literatura:

Antes de hallar la literatura, el lenguaje escrito se usaba para llevar las cuentas administrativas de la comunidad. Con el tiempo, se le empezó a dar otro uso; explicar hechos, fitas, leyendas, catástrofes, etc.

Himno a Iddin-Dagan, rey de Larsa. Inscripciones cuneiformes en sumerio de en trono al 1950 a. C.

La literatura sumeria comprende tres grandes temas, mitos, himnos y lamentaciones. Los mitos se componen de breves historias que tratan de perfilar la personalidad de los dioses mesopotámicos: Enlil, principal dios y progenitor de las divinidades menores; Inanna, diosa del amor y de la guerra o Enki, dios del agua dulce frecuentemente enfrentado a Ninhursag, diosa de las montañas. Los himnos son textos de alabanza a los dioses, reyes, ciudades o templos. Las lamentaciones relatan temas catastróficos como la destrucción de ciudades o templos y el abandono de los dioses resultante.[12]

Algunas de estas historias es posible que se apoyasen en hechos históricos como guerras, inundaciones o la actividad constructora de un rey importante magnificados y distorsionados con el tiempo.[12]

Una creación propia de la literatura sumeria fue un tipo de poemas dialogados basados en la oposición de conceptos contrarios. También los proverbios forman parte importante de los textos sumerios.[12]

Religión:

La religión era politeísta, en cada ciudad se adoraba a distintos dioses, aunque había algunos comunes. Entre estos podemos ver a: Anu: dios del cielo y padre de los dioses, Enki: dios de la Tierra, Nannar: dios de la Luna, Utu: dios del Sol, Inanna: diosa Venus, Ea: creador de los hombres y Enlil dios del viento.

Algo que los caracterizaba era que sus dioses estaban asociados a artes que ellos fueron viendo por si mismos, es decir que tenían dioses de la ganadería, escritura, confección, etc. Esto hizo que ellos tuvieran una religión muy amplia y para algunas personas muy interesante ya que podría ser mucho más estudiada.

 

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6 noviembre 2009 5 06 /11 /noviembre /2009 23:47
Dorios

Los dorios (igriego: Δωριετς, Dōrieis, singular Δωριενς, Dōrieus) fueron una de las principales tribus griegas antiguas, siendo las otras tres: los aqueos, los jonios, y los eolios. Se distinguían por su idioma, sociedad y tradición histórica. Los relatos tradicionales colocan su lugar de origen en las regiones del norte de Grecia antigua, desde donde algunas circunstancias desconocidas los condujeron hacia el sur, dentro del Peloponeso, a ciertas islas de la parte sur del Mar Egeo, y a la costa sur de Asia Menor. Durante cierto tiempo se consideró su irrupción como una invasión que desestabilizó los estados micénicos destruyendo sus formas culturales, sustituyéndolas por la de los invasores. Esta teoría está hoy día siendo revisada al no encontrarse pruebas de la mencionada invasión y sí pruebas de una cohabitación más prolongada. Su área de dominio histórico los sitúa en el Peloponeso y en época clásica con el desarrollo de la cultura espartana, ejemplo eminente de la sociedad doria.

La mitología atribuyó este nombre al fundador epónimo, Doro, hijo de Helén, patriarca mitológico de los helenos.

El nombre de los dorios:

El nombre de hombre, Dōrieus, recibe una breve mención en las tablillas de Lineal B en Pilos, una de las regiones invadidas y conquistadas por los Dorios. La tablilla de Pilos Fn867 lo registra en el caso dativo como do-ri-je-we, *Dōriēwei. Un plural sin confirmar, *Dōriēwes, se habría convertido en Dōrieis, mediante la pérdida de la w y la contracción, pero en la tablilla es sólo un nombre de hombre. Fn867 trata de la contribución de grano a un templo.[1] Si esto significa "el Dorio" o tuvo el significado original del nombre propio "Dorio" se desconoce.

Julius Pokorny deriva Dorio de Doris, "bosque" (que también puede significar "tierra alta").[2] El segmento Dori sería del grado-o del Indo-europeo *deru-, "arbol". El bosque original debe de haber comprendido un área mucho mayor que sólo Doris. Dorio podría traducirse como "la gente del campo", "la gente de la montaña", "los montañeses", "la gente de los bosques", o algún apelativo parecido, lo que encaja eminentemente con su reputado origen.

La tradición de Heródoto:

Muchos autores e inscripciones mencionan de pasada a los dorios pero los dos principales autores clásicos que relatan sus orígenes son Heródoto y Pausanias. Las costumbres del estado espartano y sus individuos ilustres se detallan con extensión en autores como Plutarco.

Heródoto mismo era de Halicarnaso, una colonia doria en la costa suroeste de la actual Turquía, que continuó con la tradición literaria de su tiempo, y escribió en griego jónico, siendo uno de los últimos autores que lo hizo así. Describió las Guerras Médicas, dando cuenta de manera breve de la historia de los protagonistas, griegos y persas.

Heródoto menciona que la "gente ahora llamada dorios" eran vecinos de los pelasgos de Tesalia.[3] Las mujeres tenían un vestido característico, decía, una túnica (un vestido plano) que no necesitaba sujetarse con broches.[4] Fueron inmigrantes en el Peloponeso.[5] Entre ellos estaba la gente, más tarde conocidos como los Lacedemonios, uno de cuyos reyes se llamaba Dōrieus.

La tradición de Pausanias:

Otra fuente principal acerca de la identidad doria es la Descripción de Grecia de Pausanias. Relata que los aqueos del Peloponeso fueron expulsados de sus tierras por los dorios que venían de Oeta, una región montañosa fronteriza con Tesalia.[6] Los guiaba Hilo, un hijo de Heracles,[7] pero fueron derrotados por los aqueos. Bajo otro liderazgo consiguieron derrotar a los aqueos, y permanecer en el Peloponeso, un suceso al que llamaron "el retorno de los Heráclidas".[8] Habían construido barcos en Naupacto con los que cruzar el Golfo de Corinto.[9] La tradición de Pausanias ve esta invasión como un retorno de los dorios al Peloponeso, aparentemente queriendo decir, un retorno de las familias que gobernaban en Etolia y el norte de Grecia a una tierra en la que ellos habían estado y poseído anteriormente. El retorno se describe con detalle: hubo "disturbios" en todo el Peloponeso excepto en Arcadia, a causa de la llegada de los nuevos colonos dorios.[10] Pausanias continúa describiendo la conquista y reasentamiento de Laconia, Mesenia, Argos y el resto de lugares, y la emigración desde allí hasta Creta y la costa de Asia Menor.

Distinciones idiomáticas:

El dialecto dórico se hablaba a lo largo de la costa del Peloponeso, en Creta y al suroeste de Asia Menor. Se ha postulado una relación cercana entre el dórico, el griego antiguo del Noroeste y el antiguo idioma macedonio. En períodos más tardíos, predominaron otros dialectos, sobre todo el ático, sobre el que estaba basado la Koiné o el idioma común griego del periodo helenístico. La principal característica del dórico fue la preservación del Indoeuropeo [a:], <α> larga, que en el ático-jónico se convirtió en [ε:], <η>. El griego tsakoniano, un descendiente del griego dórico y una fuente de gran interés para los lingüistas, todavía se habla sorprendentemente en algunas regiones de la costa sur de la Argólida del Peloponeso, en la costa de la moderna prefectura de Arcadia.

Otras distinciones culturales:

Algunos autores atribuyen a los dorios la introducción de la pederastia en la Antigua Grecia. Algunos han postulado que esto tuvo lugar en el momento de su migración original y otros que mucho más tarde, alrededor del 630 a. C., comenzando en Creta y extendiéndose a Esparta y al resto de las ciudades estado griegas. Según Erich Bethe

Lo que trajeron los dorios fue el amor al efebo como una institución honorable y reconocida. Los dorios regulaban estrictamente la relación amorosa entre el hombre y el muchacho y la trataban como un arreglo muy importante, muy público con una seriedad honorable bajo la protección de la familia, la sociedad, el estado, y la religión... En Esparta, Creta y Tebas... la educación de la clase gobernante, descansaba en la pederastia, [y era dirigida hacia] la areté y la virtud masculina, que se manifestaba principalmente en la guerra.[11]

Existe un orden dórico de arquitectura y un modo dórico de música (ver también raíces del acorde de guitarra). La columna se caracterizaba por su simplicidad y fuerza, la música por sus cualidades marciales. La columna dórica se utiliza ampliamente a principios del siglo XXI, particularmente en edificios gubernamentales y otros edificios grandes.

Culturalmente, además de su dialecto dórico del griego, estas colonias retuvieron su calendario dórico característico, que giraba alrededor de un ciclo de festivales de los cuales, el de las Jacintias y el de las Carneas eran especialmente importantes (EB 1911).

El concepto de la invasión doria:

Es incuestionable que una población dórico-parlante entró en el Peloponeso y en otras zonas de Grecia desde el exterior y desplazó a parte de la población previa, cambiando el dialecto principal del micénico al dórico. Sin embargo, se discute cuál fue el momento en que se produjeron estas migraciones. Tradicionalmente se las hace coincidir con las destrucciones de los palacios micénicos, en torno a 1200 a. C. Los antiguos se referían a estos sucesos como el retorno de los Heráclidas; es decir, las familias gobernantes, lejanamente emparentadas con las familias de la Grecia micénica, volvían para reclamar una parte de la tierra de sus ancestros, usando un ejército dorio para hacerlo. Otros autores, como Rubinsohn, han defendido que la irrupción de los dorios ocurrió unos dos siglos más tarde; por otro lado, John Chadwick cree apreciar en las tablillas de lineal B una cohabitación de los dorios con los micénicos.[12]

Los griegos externos de Kretschmer:

La "invasión doria" es un concepto enteramente moderno que deriva de los trabajos lingüísticos de Paul Kretschmer. Explica en parte la presencia de elementos subyacentes en el griego antiguo, así como la tradición de los pelasgos no grecoparlantes, que existían en bolsas entre los greco-parlantes. Kretschmer propuso que los griegos evolucionaron fuera de Grecia y que los principales grupos dialécticos, también evolucionaron fuera de Grecia y que entraron mediante invasiones, que recluyeron en bolsas a los pelasgo parlantes. La invasión doria fue la última de estas oleadas de pueblos. Los manuales de historia griega hablan desde entonces, de griegos entrando en Grecia. En 1956, en La Historia de Grecia (3ª edición) de J.B. Bury se podía leer: «... invasión que trajo el idioma griego a Grecia». [cita requerida] La debilidad de esta teoría radica en que requiere una Grecia invadida y requiere a la vez una Grecia donde el griego evolucionó y se desarrolló en dialectos contemporáneamente con una Grecia invadida. Sin embargo, aunque la Grecia invadida estaba ampliamente representada por evidencias de toda clase, no hay ninguna evidencia de la Grecia donde el griego evolucionó.

El origen griego en Grecia:

[cita requerida]El desciframiento del Lineal B trajo a la luz un estudio más profundo de la evolución del idioma Griego y la teoría que actualmente llegó a nacer en Grecia. Bandas de guerreros entraron en Grecia, es verdad, pero no como Griegos. Cuando llegaron a predominar, el Proto-Griego evolucionó en Grecia desde su lenguaje, que tomó elementos de los idiomas pre-griegos presentes allí. Por ejemplo, la palabra para ciprés es pre-griega, y todavía evolucionó a formas dialectales. Los proto-griegos sólo podrían haber encontrado esta palabra en Grecia.[13] No sabemos de dónde vinieron los dorios, pero no fue de fuera de Grecia.

Destrucción al final del IIIB:

Mientras tanto, los arqueólogos estaban encontrando lo que parecía ser una ola de destrucción de palacios micénicos, pero existe controversia acerca de la autoría de las invasiones. Las tablillas de Pilos registran el envío de vigilantes de costa, por lo que se ha supuesto que la quema del palacio fue llevada a cabo por invasores provenientes del mar. Carl Blegen escribió:

el camino que revela a los dorios debe reconocerse en las ruinas quemadas de los grandes palacios y de las ciudades más importantes que...fueron destruídas al final de Micénico IIIB.[14]

Blegen sigue a Furumark en datar al IIIB entre el 1300-1230 a. C. Blegen mismo dató a la invasión doria en el 1200 a. C. Se han señalado otras posibles causas de estas destrucciones, como levantamientos internos y desastres naturales. Debe notarse que el poder Hitita en Anatolia se colapsó con la destrucción de su capital Hattusas y que las dinastías 19ª y 20ª de Egipto sufrieron invasiones de los Pueblos del Mar en esta época.

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6 noviembre 2009 5 06 /11 /noviembre /2009 23:01
Hebreos
Para otros usos de este término, véase Hebreo (desambiguación).

Los hebreos (del latín hebræus, éste del hebreo ‘ibrī, y éste quizá del acadio ẖapiru[m], "paria") fueron un antiguo pueblo semita del Próximo Oriente y ancestros de los israelitas y los judíos.

Según la Biblia y las tradiciones hebraicas, los hebreos fueron originarios de Mesopotamia. Eran nómadas, vivían en tiendas, llevando manadas de cabras y ovejas, utilizando asnos, mulas y camellos como portadores. Una crisis económica pudo impulsar a Terah, padre de Abraham, a dejar la ciudad para ir a la de Harran, en el Alto Éufrates. De allí, algunos de ellos emigran hacia Canaán, prometido por Dios, según la Biblia, a los descendientes del patriarca Abraham (c. 1750 a. C.). Varias tablillas descubiertas en Mari certifican frecuentes migraciones por estas regiones.

Abraham y los suyos se asientan en Canaán: en Siquem (actual Nablús), Beer Sheva o Hebrón. Poco a poco, se mezclan con los pobladores locales, y se convierten en agricultores sedentarios hacia el siglo XII a. C. El pueblo de Israel era vecino de otros como los edomitas, moabitas, ammonitas e ismaelitas. Un rasgo distintivo fue su convicción en la existencia de un único Dios, llamado Yavé. De acuerdo con el Tanaj, el pueblo de Israel es el elegido entre todos los de la tierra por Yavé y al que revela las verdades fundamentales, como la Torá.

Historia

Egipto:

En el siglo XIV a. C. emigraron a Egipto parte de los hebreos establecidos en Canaán, debido a la hambruna que asoló la región; fueron recibidos en Egipto y luego trabajaron para los Egipcios. Se tiende a creer que los egipcios tomaron como esclavos a los hebreos, aunque la esclavitud no formaba parte de la cultura en el antiguo egipto, sino que existía el sistema de corvea, por el cual quienes no podían pagar los tributos con la cosecha debían pagarla con su trabajo, por lo cual debían trabajar para el Faraón durante 30 años, después otro de su familia trabajaría 3 años y así sucesivamente (con lo cual siempre había un miembro de la familia dentro del sistema de corvea), por esta razón en el siglo XIII a. C. se rebelaron y regresaron a Canaán "la tierra prometida" bajo la guía de Moisés. Este viaje se conoce como éxodo, durante este viaje se detuvieron en el Monte Sinaí donde según su propia tradición el pueblo Hebreo recibió las tablas de la Ley y selló el pacto eterno entre Dios e Israel. Egipto , fuè una ciudad

Retorno a Canaán:

De vuelta en Canaán, se unen a las otras tribus hebreas que habían permanecido y bajo los reyes-sacerdotes Saúl, David y Salomón, combatieron con éxito a los filisteos y construyeron el primer templo en Jerusalén.

A la muerte de Salomón se dividió en dos el reino, al Norte quedó Israel y al sur Judá. A partir de este momento sigue un largo período de guerras con vecinos, de conflictos internos e incluso de confusión religiosa.

La invasión asiria y babilónica:

En 722 a. C. Sargón II invade la región de Canaán hasta sojuzgar al reino de Israel, llevando al pueblo a Asiria. En 587 AC , al traicionar el reino de Judá un pacto con Nabucodonosor II, rey de los neobabilonios, este invade el reino, destruyendo el templo de Jerusalén; este fue el famoso destierro a Babilonia. La expulsión logró que los hebreos se reconciliaran y resolvieran los conflictos que los debilitaron desde el siglo XII hasta este período conocido como la Diáspora.

Los persas:

Pocos años después, los persas vencen a los asirios babilonios y en 539 a. C. Ciro emite un decreto que los incorpora al imperio y les permite regresar a Jerusalén, donde reconstruyen el templo y se unifican bajo la Ley y bajo las normas de su religión. El retorno produce choques culturales con los que no habían sido deportados y se discrimina la población entre judíos y samaritanos. XCCX

Alejandro Magno

En 332 a. C. Alejandro conquista al imperio persa y otorga a los judíos una mayor autonomía y estabilidad política y económica.

Durante este período de prosperidad y estabilidad política, la religión judía se divide en tres grupos: los fariseos, saduceos y esenios.

Desde este momento Alejandro fue muy importante en la vida de los hebreos.

Roma

Entre el 39 y el 34 a. C. Roma conquista la región, establece un gobierno y en esta época de dominio romano, es cuando surge Jesús y su predicación.

En el año 70 Tito destruye el templo de Jerusalén. Posteriormente entre 132 y 135 los hebreos pretenden liberarse de la dominación romana, bajo el movimiento conocido como rebelión de Bar Kojba, la cual es aplastada por Roma y como consecuencia les prohíbe entrar a Jerusalén obligando a los hebreos a emigrar, en una nueva diáspora, hacia Hispania, al norte de África, y los Balcanes, llegando a prosperar de manera notable en el siglo X.

Las expulsiones:

Los judíos son expulsados de Francia en 1306 y 1394, de Alemania en 1397 y en 1354, de España en 1492, y de Portugal en 1496, dispersándose por el centro de Europa, en los Países Bajos, Macedonia y Turquía.



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6 noviembre 2009 5 06 /11 /noviembre /2009 22:34
Antigua Atenas
El Partenón y los restos de la Acrópolis, vestigios de la antigua Atenas.

La historia de Atenas representa el origen de la historia de las ciudades europeas y de la Europa actual. Su población ha habitado continuamente esa región durante más de 3000 años. Fue la ciudad principal de la Antigua Grecia durante el primer milenio a.C. La culminación de su larga y fascinante historia llegó en el siglo V a. C., bajo el arcontado de Pericles (llamado Siglo de Pericles), cuando sus valores y su civilización se extendieron más allá de los límites geográficos de la ciudad y se hicieron universales. El pensamiento político, el teatro, las artes, la filosofía, la ciencia, la arquitectura y tantos otros aspectos del pensamiento llegaron a su épico apogeo en una coincidencia temporal y con una plenitud intelectual únicas en la historia de la humanidad

Orígenes:

El nombre de Atenas en la Antigua Grecia era Athḗnai (Ἀθῆναι). Es una forma plural: la ciudad se llamaba “Las Atenas”, ya que posiblemente era originariamente un grupo de villorrios que se unieron formando la ciudad. El nombre no tiene etimología griega definida. Los griegos creían que la ciudad había sido bautizada por su protectora, la diosa Atenea, pero es igualmente probable que la diosa tomase el nombre de la ciudad.

Atenas comienza su historia en el neolítico como un baluarte sobre la Acrópolis ("ciudad alta"), en algún momento durante el III milenio adC La Acrópolis es una posición defensiva natural que se eleva sobre la planicie circundante. El asentamiento distaba unos 20 km del mar, del Golfo Sarónico, en el centro de la Planicie Cefisia, una zona fértil rodeada por ríos. Limitaba al este con el monte Himeto, y al norte con el monte Pentélico.

En la antigüedad el río Cefiso fluía a través de la ciudad. La antigua Atenas ocupaba un área pequeña comparada con la extensa metrópoli de la actual ciudad. La Antigua ciudad amurallada, comprendía un área de unos 2 km de longitud de este a oeste y algo menos de norte a sur, aunque en su momento más brillante, tenía suburbios que se extendían fuera de las murallas. La Acrópolis estaba situada al sur en el centro de esa área amurallada. El Ágora, el centro comercial y social de la ciudad, estaba a unos 400 metros de la Acrópolis, en lo que es hoy el barrio Monastiraki. La colina Pnyx, donde se reunía la Asamblea ateniense, estaba en la parte oeste de la ciudad.

Uno de los lugares religiosos más importantes de Atenas era el Templo de Atenea, conocido hoy en día como el Partenón, situado en la parte superior de la Acrópolis, donde aún existen sus evocadoras ruinas. Otros dos lugares religiosos importantes, el Templo de Hefesto (que aún permanece casi intacto) y el Templo de Zeus Olímpico u Olympeion (fue el mayor templo de Grecia, pero ahora está en ruinas) también estaban dentro de las murallas.

En su época de mayor esplendor, en los siglos V y IV a. C., Atenas y sus suburbios tenían una población de unos 300.000 habitantes. De esos, un gran número eran esclavos o residentes extranjeros conocidos como metecos, que no disfrutaban de derechos políticos pero si se beneficiaban de garantías en el plano judicial y pagaban un impuesto especial, el μeτoíkoν metoíkion. Quizá solamente el 1 ó el 2% de la población eran ciudadanos masculinos adultos, elegibles para reunirse y votar en la Asamblea y ser elegidos.La población de Atenas comenzó a disminuir tras la Guerra del Peloponeso.

Primeros Tiempos:

La Acrópolis estuvo habitada desde el neolítico. Para el año 1400 a. C. , Atenas se había convertido en un centro poderoso de la civilización micénica. A diferencia de otros centros micénicos como Micenas y Pilos, Atenas no fue saqueada y abandonada en los tiempos de la invasión dórica de 1200 a. C., y los atenienses siempre mantuvieron que ellos eran jónicos puros sin contener elementos dóricos. Sin embargo, Atenas perdió la mayor parte de su poder, convirtiéndose de nuevo en una pequeña fortaleza.

En el siglo VIII a. C., Atenas había emergido de nuevo, gracias a su posición central en el mundo griego, su seguro emplazamiento sobre la Acropolis y sus accesos al mar, lo que le proporcionaba una ventaja natural sobre rivales potenciales como Tebas y Esparta. Pronto durante el primer milenio, Atenas fue una ciudad-estado independiente, gobernada primero por reyes (ver los Reyes de Atenas). Los reyes pertenecían a la clase más poderosa, la de los propietarios de tierras, la "aristocracia", conocidos como los Eupátridas (los "bien-nacidos"), cuyo instrumento de gobierno era un Consejo, que se reunía en la colina de Ares, llamado el Areópago.

Durante este período, Atenas consiguió poner bajo su gobierno a las otras ciudades de la Ática. Este proceso de sinoikismos – proporcionar juntos un hogar- creó el mayor y más próspero estado de la península griega, pero también creó una gran cantidad de gente excluida, por la nobleza, de la vida política. Durante el siglo VII a. C. se produjeron revueltas bastante generalizadas y el Areópago nombró al legislador Draco para establecer un código legal más estricto (de ahí “draconiano”). Cuando esto también falló, nombraron a Solón con el mandato de crear una nueva constitución (594).

REFORMA Y DEMOCRACIA:

Las reformas de Solón incidieron en la política y la economía. El poder económico de los Eupátridas se redujo aboliendo la esclavitud como un castigo por deudas, partiendo las grandes propiedades y liberando las transacciones comerciales, lo cual produjo el nacimiento de una próspera clase comercial urbana. Políticamente, Solón dividió a los atenienses en cuatro clases, basadas en su economía y en su capacidad para hacer el servicio militar. La clase más pobre, los tetes, que constituían la mayoría de la población, recibieron por primera vez derechos políticos, pudiendo votar en la Ekklesía (Asamblea), pero solo las clases superiores podían ser oficiales políticos. El Aerópago continuó existiendo pero con poderes reducidos.

*Ruinas del Templo de Zeus Olimpico*

El nuevo sistema creó los fundamentos de lo que se convertiría en la democracia ateniense, pero al principio falló en su cometido de evitar los conflictos de clase y después de 20 años de revueltas, el partido popular liderado por Pisístrato, un primo de Solón, se hizo con el poder (541 a. C.). A Pisistrato se le denomina normalmente como tirano, pero en griego la palabra tirano no tiene el significado de gobernante cruel y despótico, sino del que se hace con el poder mediante la fuerza. Pisístrato, de hecho fue un gobernante muy popular, que convirtió Atenas en rica, poderosa y en un centro de la cultura, y fundó la supremacía naval ateniense en el Mar Egeo y más allá. Preservó la constitución de Solón, pero asegurando que él y su familia retenían todo el poder del estado.

Pisístrato murió en 527 y le sucedieron sus hijos Hipias e Hiparco. Tenían menos seguidores y en 514 fue asesinado Hiparco después de una disputa privada sobre un joven. Esto indujo a Hipias a establecer una dictadura, que se hizo impopular y fue depuesto en 510 con la ayuda del ejército de Esparta. Le sucede un aristócrata de política radical, Clístenes, que fue quien estableció la democracia.

Las reformas de Clístenes reemplazaron las cuatro “tribus” (phylai) por diez nuevas, que tomaron el nombre de héroes legendarios, estas nuevas tribus no tenían una base clasista: de hecho eran electorados. Cada tribu estaba dividida en tres tritias y cada tritia en una o más demos, dependiendo de la población de estas. Las demos se convirtieron en la base del gobierno local. Cada tribu elegía cincuenta miembros para la Boulé, un consejo que gobernaba Atenas en el quehacer diario. La Asamblea estaba abierta a todos los ciudadanos y era, a la vez, corte legislativa y corte suprema, excepto en los casos de asesinato y de asuntos religiosos, que quedaron como las únicas funciones del Aerópago. La mayoría de los oficiales militares eran cubiertos por lotes, aunque los estrategos (generales) eran elegidos, por razones obvias. Este sistema permaneció estable y, con breves interrupciones, siguió en uso durante más de 500 años, hasta la época romana, mucho más tiempo del que ha sobrevivido cualquier democracia moderna.

Atenas Clásica

Historia Antigua Militar Ateniense:

Antes del encumbramiento de Atenas, Esparta se consideraba líder de los griegos (hegemonía). En 499 Atenas envió tropas en ayuda de los griegos jonios del Asia Menor, que se habían rebelado contra el Imperio Persa (ver Revuelta jónica). Esto provoca dos invasiones persas de Grecia, que fueron rechazadas bajo el mando de los estadistas-soldados Milcíades el Joven y Temístocles (ver Guerras Médicas). En 490 los atenienses rechazaron la primera invasión de los persas, comandados por el rey Darío en la Batalla de Maratón. En 480 los persas regresan bajo el mando de Jerjes I. Los persas deben atravesar un estrecho paso para alcanzar Atenas. Se hace una llamada de ayuda a Esparta por medio de un atleta corredor. Los espartanos estaban en mitad de un festival religioso y solo pueden enviar 300 hombres. Los 300 bloquean el pasaje a los 200.000 hombres de Jerjes en la Batalla de las Termópilas. Lo consiguen durante largo tiempo, mientras los atenienses arman sus barcos y derrotan a la flota más numerosa de los persas en la Batalla de Salamina. Es interesante observar que Jerjes había construido un trono en la isla de Salamina para ver la derrota de los griegos. En vez de eso los persas fueron expulsados y la hegemonía de Esparta pasa a Atenas y es esta ciudad-estado la que prosigue la guerra en Asia Menor. Esas victorias permitieron que se formase la Confederación de Delos uniendo las diversas partes de Grecia en una alianza bajo el liderazgo de Atenas.

Artistas y Filósofos:

Las Cariátides de la Acrópolis

El siglo V a. C. marca el cenit de Atenas como centro de la literatura, la filosofía y las artes. Algunas de las figuras más importantes de la historia cultural e intelectual occidental vivió en Atenas durante ese período: dramaturgos: Esquilo, Aristófanes, Eurípides y Sófocles, filósofos: Aristóteles, Platón y Sócrates, historiadores: Heródoto, Tucídides y Jenofonte, el poeta Simónides y el escultor Fidias. El gobernador de ese período era Pericles, que usó los impuestos pagados por la Confederación de Delos para construir el Partenón y otros grandes monumentos de la Atenas clásica. La ciudad se convirtió, en palabras de Pericles, en “la escuela de Hellas (Grecia)”.

La Academia Nacional en Atenas, con Apolo y Atenea en sus columnas, y Sócrates y Platón sentados en frente.
Ciudadanos y no ciudadanos en Atenas:

Los ciudadanos, eran considerados una minoría en la población Ateniense (sólo 40000 de un total de 350000 habitantes). Los ciudadanos eran sólo los varones libres nacidos de padre y madre ateniense. El resto de la población no eran considerados ciudadanos.

Los metecos o extranjeros, eran hombres libres que vivían en Atenas pero provenían de Polis vecinas. Podían dedicarse al comercio, la artesanía o al ejército. Estos debían pagar más impuestos.

En el último grupo social estaban los esclavos. Eran el grupo más numeroso de la población. No obstante, carecían de cualquier derecho. Realizaban las tareas más pesadas como las tareas agrícolas, las domésticas, las artesanales y las mineras.

Guerra del Peloponeso:

El resentimiento de otras ciudades por la hegemonía de Atenas, llevó a la Guerra del Peloponeso en 431 a. C. Se enfrentaron los atenienses y su imperio marítimo contra una coalición de estados liderados por Esparta. Este conflicto marcó el final de la Gloria espartana. Momento en el cual se instauró el gobierno de los "Treinta Tiranos".

Golpe de Estado de 411 a. C.

La democracia fue derogada mediante un golpe de estado en el 411 a. C., debido al mal manejo de la guerra, pero fue rápidamente restaurada. La guerra terminó con la completa derrota de los atenienses en 404 a. C. En 403 a. C. Trasíbulo volvió a instaurar la democracia y se declaró una amnistía.

Guerra de Corinto:

Durante el siglo IV a. C., Atenas volvió a tener algo de su poderío anterior, restableciendo una nueva Confederación de Delos. Sus antiguos aliados pronto se volvieron contra Esparta. Argos, Tebas y Corinto se aliaron a Atenas y lucharon contra Esparta en la no decisoria Guerra de Corinto (395 a. C. - 387 a. C.). Finalmente Tebas derrota a Esparta en 371 en la Batalla de Leuctra. Luego las ciudades griegas (incluyendo a Atenas y Esparta) se vuelven contra Tebas, cuya dominación finaliza en la Batalla de Mantinea (362 a. C.) con la muerte de su genial líder militar Epaminondas.

Atenas bajo Macedonia:

A mediados del siglo IV a. C., el reino griego de Macedonia en el norte, se hizo el protagonista de los asuntos atenienses, a pesar de las advertencias de Demóstenes, el último gran estadista de la Atenas independiente. En 338 a. C. los ejércitos de Filipo II de Macedonia derrotaron a las otras ciudades griegas en la Batalla de Queronea y destruyeron la independencia ateniense. Posteriormente, las conquistas de su hijo, Alejandro Magno, ampliaron el horizonte griego e hicieron obsoletas las ciudades estado griegas. Atenas continuó siendo una ciudad rica con una vida cultural brillante, pero sin independencia. En el siglo II, después de 200 años de supremacía macedónica, Grecia se diluyó en el seno de la República Romana.

Atenas romana:

Las ruínas del Foro Romano, el segundo centro comercial de la antigua Atenas.

Atenas disfrutó bajo Roma el estatus de ciudad libre, debido a la admiración que dispensaban los romanos a sus escuelas. Varios emperadores romanos construyeron entre otras muchas cosas, una biblioteca, un gimnasio, un pequeño templo en la Acrópolis, el Templo de Zeus Olímpico y un acueducto que aún sigue en uso.

Atenas siguió siendo un centro del conocimiento y filosófico durante los 500 años de dominio romano, apadrinado por emperadores como Nerón y Adriano. Pero la conversión al cristianismo del Imperio Romano, eliminó el rol de la ciudad como centro de enseñanza pagano; el emperador Justiniano mandó cerrar las escuelas de filosofía en 529 d. C. Esta fecha es la que se usa generalmente como la de finalización de la historia antigua de Atenas.

La ciudad fue saqueada por los hérulos, que quemaron todos los edificios públicos, practicaron el pillaje en la ciudad baja y dañaron el Ágora y la Acrópolis.

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6 noviembre 2009 5 06 /11 /noviembre /2009 22:03
Esparta
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Territorio de Esparta.
 
Ruinas de Esparta.

Esparta, o Lacedemonia era una polis (ciudad estado) de la antigua Grecia situada en la península del Peloponeso a orillas del río Eurotas. Fue la capital de Laconia y una de las polis griegas más importantes junto con Atenas y Tebas.

 Historia                                               Origen:

La ciudad estado fue fundada tras la conquista de Laconia por los dorios. Esparta se convirtió en una ciudad doria.

Al principio estuvo minada por disensiones internas. Las reformas en el siglo VII a. C. fueron un verdadero punto de inflexión en la historia de la ciudad: a partir de entonces todo se encaminaría a reforzar su poderío militar y Esparta se convertiría en la ciudad hoplita por excelencia.

Esparta sometió a la totalidad de Laconia: comenzó por conquistar toda la vega del Eurotas para rechazar a los de Argos y asegurarse la hegemonía de toda la región. La segunda etapa consistió en la anexión de Mesenia. Esparta era ya la ciudad más poderosa del área, con Arcadia y Argos como únicos rivales. A mediados del siglo VI a. C. Esparta sometió también las ciudades de Arcadia y derroto a Argos dejándola totalmente debilitada. Todas ellas se verían forzadas a firmar pactos por los que reconocían la hegemonía de Esparta. Fue en el marco de estas luchas con los argivos que Esparta adoptó el estilo hoplita de combate, aproximadamente entre los años 680 y 660 a. C.[1]

Durante el Siglo VI a. C. los espartanos mantuvieron una activa política exterior que incluía la alianza con Creso de Lidia frente a la amenaza persa.

También combatieron los tiranos de Grecia y depusieron a muchos de ellos fracasando frente a otros (Polícrates de Samos resistió a la invasión espartana).

Sin embargo también apoyaron a tiranos que les pudieran ser favorables y en Atenas intentaron restaurar a los pisistrátidas pero la oposición de la influyente Corinto lo impidió.


GUERRAS MEDICAS:

En el siglo VI a. C., Esparta se había interesado por el Asia Menor, entre otras cosas suscribiendo una alianza con Creso, rey de Lidia. Al comienzo del reinado de Cleómenes I, sin embargo, se mostraría más aislacionista, rechazando apoyar, en el 499 a. C., la revuelta de las ciudades de Jonia contra los medos (persas), para centrarse en consolidar su propio imperio del Peloponeso. En 491 a. C., cuando Cleómenes logró desembarazarse de Demarato, las cosas cambiarían. Los espartanos arrojaron a un pozo a los emisarios de Darío I, llegados para reclamar la tierra y el agua, acto simbólico de aceptación de la hegemonía universal de los aqueménidas, y despacharon refuerzos a los atenienses (refuerzos que llegaron a Maratón demasiado tarde para participar en la gran victoria griega).

Léonidas aux Thermopyles, Jacques-Louis David, 1814, Museo del Louvre.

En el año 481 a. C., cuando Jerjes reclamó de nuevo la tierra y el agua a todas las ciudades griegas, exceptuando a Atenas y Esparta, fue naturalmente a ésta última a la que se le confió encabezar la Liga Panhelénica, incluyendo la flota, pese a la superioridad marítima de Atenas. Tras haber renunciado a defender Tesalia, los espartanos, mandados por su rey Leónidas, defendieron valerosamente el desfiladero de las Termópilas, retrasando en forma notable el avance de los persas, y permitiendo a la flota replegarse hacia Salamina. En contrapartida, la total victoria de Salamina fue obra de los atenienses, quienes tuvieron que recurrir al chantaje para forzar la batalla en el estrecho, siendo así que el navarca –almirante- espartano de la flota, Kriatos, deseaba replegarse al istmo de Corinto.

En el 479 a. C., la victoria de Platea se logro bajo el mando del general Pausanias. Pausanias fue regente debido a la minoría de edad de su primo el rey Plistarco Hijo de Leónidas I.

En el 479 a. C., la victoria de Mícala se logro bajo el mando del rey Leotíquidas II.

El general Pausanias recibió la misión de destruir el puente de barcas construido por los persas sobre el Bósforo, con el fin de dificultar su retirada, pero una tempestad se encargó por él del trabajo. Con el restablecimiento de la paz, Esparta propuso abandonar a su suerte las ciudades jonias, demasiado lejanas, pero tropezó con la oposición de Atenas, lo mismo que en su sugerencia de expulsar de la anfictionía de Delfos a las ciudades culpables de medismo o alianza con los persas: es decir, las de Tesalia.

Guerra del Peloponeso:

Apenas terminadas las guerras médicas, Esparta se inquietó por el creciente poderío de Atenas, enardecida ésta por sus victorias contra los persas. Presionada por Egina y Corinto, Esparta prohibió a Atenas reconstruir sus murallas, destruidas por los persas. Esto no impidió que Atenas abandonara la Liga Panhelénica para fundar la Liga de Delos. Esparta no llegó a desencadenar una guerra y las relaciones se mantuvieron estables hasta el 462 a. C., año en el que desdeñó y envió de vuelta un contingente ateniense dirigido por Cimón, que había acudido a socorrerla en plena revuelta de los ilotas. Esto supuso la ruptura, sellada con la condena al ostracismo del espartófilo Cimón por sus compatriotas de Atenas.

Las hostilidades propiamente dichas comenzaron en el 457 a. C., a requerimientos de Corinto. Tras una serie de victorias y derrotas para ambos bandos, se alcanzó una paz inestable que duraría cinco años. En el 446 a. C., las revueltas de Megara y Eubea reavivaron el conflicto. Esparta, a la cabeza de las ciudades coaligadas, arrasó el Ática. El propio rey espartano Plistoanacte fue acusado de corrupción, por no haber proseguido la ofensiva, y condenado al exilio. En el 433 a. C., por último, el asunto de Corcira dio lugar al inicio de la Guerra del Peloponeso.

Hoplita

La guerra se prolongaba demasiado. Pericles decidió abandonar el Ática al pillaje sistemático de los espartanos, acogiendo a la población dentro de los Muros Largos, que unían Atenas con su puerto, El Pireo. En el 425 a. C. se produjo la humillante derrota de Esfacteria, donde 120 Iguales (ver más abajo), pertenecientes en su mayor parte a las grandes familias de Esparta, fueron capturados en un islote. La ciudad tendría que rendir la flota para recuperar a sus hoplitas. El golpe fue traumático: era la primera vez que se veía a los Iguales rendirse en vez de combatir hasta la muerte. En el 421 se firmó con el estratego ateniense Nicias una paz largo tiempo anhelada.

Pese a todo, las tensiones permanecieron. Esparta y Atenas chocaron nuevamente en el 418 a. C. por una disputa territorial en Mantinea. Atenas decidió que Esparta había roto los tratados, y la guerra recomenzó en el 415 a. C. Los atenienses organizaron una expedición contra Sicilia que terminó en desastre. La revuelta de las ciudades jonias de la Liga de Delos permitió a Esparta imponerse en el campo de batalla. En el 404 a. C., una Atenas sitiada terminó por capitular.

Esparta obligó a Atenas a acortar los Largos Muros en diez estadios (algo menos de dos kilómetros) por cada extremo, y a unirse a la Liga del Peloponeso. Los espartanos, sin embargo, titubeaban respecto al sistema de gobierno que impondrían a la ciudad. Todo el mundo estaba de acuerdo en la necesidad de poner fin a la democracia, pero se dudaba entre una oligarquía radical bajo tutela espartana y otra más moderada, sin guarnición espartana para sostenerla. El general Lisandro, gran artífice de la victoria sobre Atenas, impuso el gobierno de los Treinta Tiranos, pero el otro rey, Pausanias, permitió enseguida el derrocamiento y huida de los Treinta y de sus partidarios, y apoyó en cambio a los oligarcas moderados que se habían quedado en Atenas. Con todo, a su regreso a Esparta Pausanias sería juzgado, y ocho años después de su absolución, se vería condenado cuando Atenas volviera a tomar las armas contra Esparta.


EL IMPERIALISMO ESPARTANO DEL SIGLO IV a.C.:

Esparta se había lanzado a la Guerra del Peloponeso bajo la bandera de la libertad y de la autonomía de las ciudades, amenazadas por el imperialismo ateniense. Pero, tras haber vencido, haría otro tanto: impuso tributos, gobernantes títeres e incluso guarniciones. A partir del 413 a. C., Tucídides la describía como la potencia que “ejerce sola desde ahora la hegemonía sobre toda Grecia” (VIII, 2, 4).

Esparta cambió en consecuencia de política ante Persia, haciéndose la portavoz del panhelenismo. En primer lugar, se produjo la expedición de los Diez Mil narrada por Jenofonte en la Anábasis, derrotada en el 401 a. C. En el 396 a. C., el rey Agesilao II fue enviado a derrocar a Tisafernes, sátrapa de Caria, y proteger a las ciudades griegas. Los sueños imperiales de Agesilao terminaron rápidamente, porque se le convocó de vuelta a causa de los acontecimientos en Grecia: Atenas, Tebas, Argos y otras ciudades se habían rebelado contra Esparta. Era el inicio de la Guerra de Corinto. La coalición fue derrotada en Coronea y Nemea (394 a. C.), pero Esparta perdió la hegemonía marítima que tenía por entonces. Entre tanto, los persas se lanzaron a una contraofensiva, y Atenas reconstruyó sus Largos Muros. Bajo la amenaza, Esparta terminó por firmar la paz de Antálcidas, tanto con los griegos como con los persas (386 a. C.).

Esta paz, protegida por el Gran Rey persa, permitía en realidad a Esparta continuar su política imperialista con la excusa de proteger la autonomía de las ciudades más pequeñas. Esparta obligó a Argos a conceder a Corinto su independencia, e incluso a Olinto a respetar la autonomía de sus ciudades de la Calcídica.

En el 378 a. C., sin embargo, el conflicto volvió a aparecer tras una razia espartana contra El Pireo. Concluyó con la paz entre Atenas y Esparta (371 a. C.), preocupadas ambas por los avances de Tebas. Esparta lanzó de inmediato un ataque contra la ciudad beocia que terminó en el desastre de Leuctra. El general tebano Epaminondas destrozó el ejército espartano comandado por Kleómbrotos I y organizó una poderosa ofensiva contra Esparta. Ésta se vería obligada a reclutar a numerosos ilotas a fin de proteger la ciudad. Fue el final de la hegemonía espartana.

DECLIVE DEL PODER ESPARTANO:

La hegemonía espartana fue clara entre el 403 a. C. y el 371 a. C. Tras la batalla de Leuctra no solamente perdió Esparta dicha hegemonía, sino también la mayor parte de Mesenia y la Liga del Peloponeso, que quedó disuelta. La irrupción de Macedonia en la arena política griega tampoco mejoraría las cosas. En el 330 a. C. el rey Agis III atacó a Antípatro, lugarteniente de Alejandro Magno, a la cabeza de una coalición peloponesa, pero fue vencido y muerto en la batalla de Megalópolis. Durante la Guerra Lamiaca (a la muerte de Alejandro, en el 323 a. C.), Esparta se hallaba demasiado débil para participar.

La debilidad de Esparta permitiría medrar a la Liga Aquea, mientras que las revoluciones de Agis IV y Cleómenes III minaban las instituciones de la ciudad. Éste último se enfrentó con algún éxito a los aqueos, pero la intervención macedonia de Antígono III supondría la terrible derrota de Selasia, que condujo a la toma de Esparta. En el 207 a. C. llegó al trono Nabis, que poco después se convertiría en tirano de Esparta y reiniciaría la guerra contra los aqueos. En el 205 a. C. Esparta se alió con Roma, modificando de raíz el equilibrio de fuerzas en la región. Los aqueos se apresuraron a firmar también tratados con Roma, enemistada por entonces con Macedonia. En el 197 a. C. Roma, en alianza con las demás ciudades griegas, se volvió contra Esparta, que se vio obligada a firmar la paz en el 195 a. C. Perdió con ello una parte importante de su territorio, el derecho a reclutar periecos, su puerto (en Gitión) y casi toda su flota.

En el 192 a. C. la Liga Aquea obligó a Esparta a ingresar en sus filas. Los espartanos se vieron forzados a derruir sus muros (los primeros de su historia, que Nabis había mandado edificar), libertar a los ilotas, abolir la “agogé” o educación específicamente espartana, etc. Se creó una situación de gran inestabilidad social que no se calmaría hasta el 180 a. C., cuando quedaron sin efecto las prohibiciones y regresaron los exiliados.

Las tensiones con la Liga Aquea, sin embargo, no habían terminado. En el 148 a. C. los aqueos atacaron y derrotaron a Esparta. Roma intervino, exigiendo que Esparta y Corinto quedaran separadas de la Acaya. Los aqueos, furiosos, retomaron las armas, pero fueron aplastados por Roma en el 146 a. C. Esparta se hallaba en teoría en el bando vencedor, pero en la práctica perdió sus ciudades periecas, que formaron por su cuenta la koinonía (alianza) de los Lacedemonios. Esparta no era ya más que una ciudad de segundo orden, autónoma pero aislada, muy lejos de su esplendor de antaño.

LA DOMINACION ROMANA:

Durante la dominación romana, ya sin ambiciones militares ni políticas, Esparta se concentró en lo que tenía de más específico: la educación espartana. Ésta se endureció, atrayendo a los “turistas”, ávidos de ritos violentos y extraños. De este modo, los combates rituales que tradicionalmente se habían disputado en el santuario de Artemisa Ortia, bajo la dominación romana pasaron a convertirse en la “dimastígosis”: los niños eran flagelados, en ocasiones hasta la muerte. Cicerón lo relata en las Tusculanas (II, 34): la multitud que acude al espectáculo es tan numerosa que se hace necesario construir un anfiteatro delante del templo para acogerla. Este espectáculo atraerá turistas hasta el siglo IV de nuestra era, como lo testimonia Libanio (Discursos, I, 23).

Esparta fue saqueada por los hérulos en el 267, y definitivamente arrasada por Alarico I, rey de los visigodos, en el 395. Los bizantinos edificarían luego la ciudad de Mistra cerca de las ruinas de la antigua Esparta.

En el siglo V a. C., los espartanos propiamente dichos, los “Iguales”, representan una pequeña parte de la población global de la ciudad. En el 480 a. C., el rey Demarato estima el número de hoplitas movilizables en algo menos de 8.000 (Heródoto, VII, 234). Este número caerá a lo largo del siglo V a. C., principalmente a causa del terremoto del 464 a. C. que, según Plutarco (Cimón, 16, 4-5), destruyó el gimnasio, matando a toda la efebía de Esparta, así como a la revuelta de los ilotas, que supuso diez años de guerrilla. Así, cuando la batalla de Leuctra (371 a. C.), no había más que 1.200 hoplitas movilizables, de los cuales 400 murieron durante el combate.

El número de los periecos era superior al de los Iguales. Se puede estimar que había unas cien aglomeraciones de periecos, pues dice Estrabón que Esparta era conocida como “la ciudad de las cien villas”. Los ilotas (o siervos) pueden calcularse entre 150.000 y 200.000. De acuerdo con Tucídides, se trataba del grupo servil más numeroso de Grecia.


Sociedad espartana

Los ciudadanos:
Busto de un hoplita, quizás Leónidas (Museo arqueológico de Esparta)

Los únicos que poseían derechos políticos eran los espartanos propiamente dichos, llamados “astoi” o “ciudadanos” (término más aristocrático que el de “polités”, habitual en otras ciudades griegas); también se les conocía como “Homoioi” (“Pares” o “Iguales”). Estos eran los guerreros conquistadores, descendientes de los dorios y nacidos en la misma Esparta. Conformaban una minoría privilegiada pues al momento de nacer recibían una parcela de tierra junto con unos hilotas, que conservaban toda su vida. Los historiadores también usan el término latino de “tresantes” (“los temblorosos”). Según Heródoto, Jenofonte, Plutarco y Tucídides, a los “tresantes” se les sometía a toda clase de desprecios y vejaciones: obligación de pagar el impuesto de soltería, expulsión de los equipos de pelota, de los coros, de las comidas en común, etc. Su estado de marginación era casi tan absoluto como el de los ilotas, con la excepción de que ellos sí podían acceder a los lugares públicos (siempre en los últimos puestos) y que les estaba permitido redimir su deshonra mediante actos de valor en la guerra.

Un auténtico espartano debía ser hijo de padres espartanos, haber recibido la educación espartana, hacer sus comidas junto a los demás ciudadanos en los comedores públicos y poseer una propiedad suficiente como para permitirle sufragar los gastos de su ciudadanía. Conformaban una minoría privilegiada que poseía las tierras, ocupaba los cargos públicos en forma exclusiva y concentraba el poder militar. Los trabajos manuales y de la tierra eran considerados tareas denigrantes para ellos.

El nombre de “Homoioi” (“Iguales”) es testimonio, según Tucídides, del hecho de que en Esparta “se ha instaurado la máxima igualdad entre el estilo de vida de los acomodados y el de la masa” (I, 6, 4): todos llevan una vida en común y austera.


LOS NO CIUDADANOS: PERIECOS E HILOTAS

Los periecos (habitantes de la periferia), eran descendientes de los miembros de las comunidades campesinas sometidas sin utilizar la fuerza. Son mantenidos al margen del cuerpo cívico por la reforma de Licurgo, que les niega cualquier derecho político. Aunque libres, jamás participan en las decisiones. Poseen el monopolio del comercio y comparten el de la industria y la artesanía con los hilotas. Entre los periecos hay también campesinos, reducidos a cultivar los terrenos menos productivos. Gozaban de ciertos derechos, como poseer bienes o casarse, pero no podían participar en el gobierno de la ciudad.

Los hilotas son los campesinos de Esparta. Eran descendientes de las comunidades campesinas sometidas a la fuerza por los dirigentes. Su estatus se crea con la reforma de Licurgo. No son estrictamente esclavos, sino siervos: pertenecen al Estado, están adscritos a la propiedad que cultivan, no se los podía comerciar, pueden casarse y tener hijos y se quedan con los frutos de su trabajo una vez deducida la renta que corresponde al titular de la hacienda.

De modo excepcional, los hilotas podían ser reclutados para el ejército y liberados luego. Mucho más numerosos que los ciudadanos, la reforma de Licurgo les dejó por completo al margen de la vida social. Los “Iguales”, que temían su rebelión, les declaraban solemnemente la guerra cada año, les humillaban y aterrorizaban (ver "Krypteia").



LA EDUCACION ESPARTANA:

La educación espartana, agogé, sistema educativo introducido a partir de Licurgo, se caracteriza por ser obligatoria, colectiva, pública y destinada en principio a los hijos de los ciudadanos, aunque parece que en ocasiones se debió admitir a ilotas o periecos, y los hijos de un ateniense como Jenofonte se educaron en Esparta. La educación espartana estaba enfocada principalmente a la guerra y el honor, hasta tal punto que las madres espartanas decían a sus hijos al partir hacia la guerra: "Vuelve con el escudo o encima de él", en referencia a que mantuviesen el honor y no se rindiesen nunca aunque con ello perdieran la vida.

Esparta practicaba una rígida eugenesia. Nada más al nacer, el niño espartano era examinado por una comisión de ancianos en el Pórtico, para determinar si era sano y bien formado. En caso contrario se le consideraba una boca inútil y una carga para la ciudad. En consecuencia, se le conducía al Apótetas, lugar de abandono, al pie del monte Taigeto, donde se le arrojaba a un barranco. De ser aprobado, le asignaban uno de los 9.000 lotes de tierra disponibles para los ciudadanos y lo confiaban a su familia para que lo criara, siempre con miras a endurecerlo y prepararlo para su futura vida de soldado. Así es que la educación tenía reglas rigurosas de disciplina, obedencia y sometimiento a la autoridad. Los padres no educaban a sus hijos ya que, a partir de los siete años, los niños pasaban a depender del Estado y recibían una instrucción muy severa. Los niños aprendían técnicas de caza y lucha y se les daba gran importancia a los ejercicios físicos. El objetivo de la educación era formar ciudadanos obedientes y valientes guerreros.

A los siete años o los cinco, según Plutarco, se arrancaba a los niños de su entorno familiar y pasaban a vivir en grupo, bajo el control de un magistrado especial, en condiciones paramilitares. A partir de entonces, y hasta los veinte años, la educación se caracterizaba por su extrema dureza, encaminada a crear soldados obedientes, eficaces y apegados al bien de la ciudad, más que a su propio bienestar o a su gloria personal. Los muchachos deben ir descalzos, sólo se les proporciona una túnica al año y ningún manto y, sometidos a una subalimentación crónica, se les fuerza a buscarse su propio sustento mediante el robo. Las disciplinas académicas se centran en los ejercicios físicos y el atletismo, la música, la danza y los rudimentos de la lectura y escritura.

Por lo que a la educación de las niñas se refiere, se encaminaba a crear madres fuertes y sanas, aptas para engendrar hijos vigorosos. Por ello, insistía igualmente en la educación física, así como en la represión sistemática de los sentimientos personales en aras del bien de la ciudad.

Frases célebres:-,

  • «Vencer o morir».
  • «Mi escudo, mi espada y mi lanza, son mis únicos tesoros»
  • «Vuelve con el escudo o encima de él» (Ἢ τὰν ἢ ἐπὶ τᾶς Eetam eepitás; literalmente «con esto o sobre esto» dicho al presentar el escudo al guerrero)
  • «Los espartanos no preguntan cuántos son los enemigos, sino dónde están».

SISTEMA POLÍTICO ESPARTANO:

El sistema político espartano, así como el educativo, se atribuyen al mítico Licurgo en el siglo VII a. C. (aunque Plutarco lo sitúa entre el IX y el VIII a. C.). Era éste tío y regente del rey Leobotas de Esparta. Habiendo consultado en Delfos a la Pitia, fue llamado por ésta "dios más que hombre" y recibió un oráculo aprobatorio para la futura constitución de la ciudad, la "Gran Retra", al parecer muy inspirada en la legislación cretense. La Gran Retra fue probablemente no escrita y debió elaborarse a lo largo de las guerras mesenias, que hicieron entrar en crisis a la aristocracia y a la ciudad entera. A fin de garantizar su subsistencia se instituyó la “eunomia” o igualdad de todos ante la ley, con el propósito de eliminar privilegios y descontentos. Pero, a diferencia de Atenas, la eunomia espartana era sinónimo de una enorme disciplina. Todos los miembros de la ciudad hubieron de hacer sacrificios: la corona, la aristocracia y el pueblo. El sistema de Licurgo busca una simbiosis en la que coexisten los diversos sistemas políticos conocidos en el ámbito griego: la monarquía (hay dos reyes), la oligarquía (se establece una “gerusía” o consejo de ancianos), la tiranía (con el consejo de gobierno de los “éforos”) y la democracia (hay una asamblea popular).

LA ECONOMÍA:

Resulta evidente que la crisis del siglo VII a. C. no podía ser resuelta más que mediante la creación de un ejército de hoplitas que sucediera a los guerreros a caballo o en carros. Y es la aparición de la clase de ciudadanos que lo forman, a través de la absorción de la aristocracia terrateniente por la masa popular, lo que da lugar a la “eunomia” (“buena ley”). Dicha absorción se llevará hasta el extremo, a fin de crear la igualdad total. Los aristócratas renuncian totalmente a sus privilegios: en el siglo VI a. C., la ciudadanía de Esparta cuenta con entre 7.000 y 8.000 Homoioi (“Iguales”). La aristocracia terrateniente renuncia a sus propiedades para ponerlas en común. Cada cual recibe un lote (“klerós”, “lote-heredad”) equivalente e inalienable: no se puede vender ni hipotecar. Su cultivo se encomienda a los siervos del Estado (los ilotas), que entregan las rentas en especie al propietario para que sostenga a su familia, pero sin que se pueda enriquecer. Los ciudadanos tienen prohibido el comercio; de este modo, todo el mundo está plenamente disponible para la guerra, única actividad verdaderamente cívica y en la que se centra el proceso educativo, igual para todos. La igualdad, por último, se extiende al ámbito político, puesto que todos participan en la asamblea.

LA ASAMBLEA (APELLA):

Es ésta la reunión de todos los iguales, convocados en fechas fijas. Corresponde a la apella (asamblea) aprobar o no las propuestas de los éforos (aunque sin debatirlas, pues parece que ningún ciudadano toma la palabra), ya sea por aclamación o, más raramente, por desplazamiento de los votantes. También la gerusía le somete sus proyectos, aunque el voto de la asamblea no es vinculante y los ancianos pueden considerar que el pueblo se ha equivocado. Por último, correspondía a la asamblea elegir a los éforos y a los gerontes por un sistema que Aristóteles consideraba pueril: unos cuantos magistrados, desde un lugar cerrado, medían la intensidad de las aclamaciones que recibía cada candidato.

En realidad, el funcionamiento de la asamblea en Esparta nos es poco conocido: se ignora, por ejemplo, si estaba permitido que cualquier ciudadano tomara la palabra para proponer una ley o enmienda, o si en definitiva la única misión de la asamblea era elegir a éforos y gerontes. En opinión de Aristóteles, la asamblea tenía un poder tan limitado que ni siquiera la menciona como elemento democrático dentro del régimen político espartano.

Los reyes

Al menos desde la reforma de Licurgo, en el siglo VIII a. C., Esparta cuenta con dos reyes, uno perteneciente a la dinastía de los Agíadas y el otro a la de los Euripóntidas, enraizadas ambas –según la leyenda- en dos gemelos descendientes de Heracles. Los miembros de ambas familias no podían contraer matrimonio entre sí y sus tumbas se hallaban en lugares distintos. Ambos reyes tenían igual rango.

El poder real se transmitía al “más próximo descendiente del más próximo ostentador del poder más cercano a la realeza” (Pierre Carlier, La royauté en Grèce avant Alexandre (La realeza en Grecia antes de Alejandro), AECR, 1984), es decir, que el hijo pasa por delante del hermano, y que aun existiendo el derecho de primogenitura, el hijo nacido cuando el padre es ya rey tiene prioridad sobre aquellos nacidos antes de su advenimiento al trono. En cualquier caso, parece que los espartanos interpretaban con flexibilidad estas normas sucesorias.

Los poderes de los reyes eran esencialmente militares y religiosos. Al principio, los monarcas podían hacer la guerra al país que desearan, siendo sus decisiones colegiadas. A partir del 506 a. C., fecha del famoso “divorcio de Eleusis”, los reyes harán sus campañas por separado. En el siglo V a. C. parece que es ya la asamblea la que vota la guerra y los éforos quienes deciden sobre la movilización. El rey, quienquiera que sea, es siempre el “hegemón” o comandante en jefe durante las campañas militares; tiene autoridad sobre los demás generales, puede acordar treguas y combate en primera línea en el ala derecha, protegido por su guardia de honor de cien hombres, los “Hippeis”.

La gerusía:

La gerusía o consejo de ancianos estaba constituida por los dos reyes y por otros veintiocho hombres mayores de sesenta años, elegidos por aclamación de la asamblea tras presentar su candidatura. Elegidos por su sensatez y capacidad militar, la mayoría de los gerontes pertenecían a las grandes familias de Esparta, pese a que, en teoría, cualquier ciudadano, aun sin fortuna o rango elevado, podía presentarse al cargo.

El papel político de la gerusía era de gran importancia y no rendía cuentas a nadie. Parece que a ella le correspondía el monopolio de la propuesta y elaboración de nuevas leyes, estaba encargada de gestionar todos los asuntos de política interna y tenía competencia para juzgar a los reyes. También poseía, en la práctica, el derecho de veto sobre las decisiones de la asamblea, aunque hasta el siglo III a. C. no se conoce ningún caso en el que lo hiciera efectivo.

Los ancianos constituían también una especie de tribunal supremo que juzgaba los delitos y podía imponer la pena de muerte o la pérdida de los derechos cívicos.

Los éforos:

Los éforos (“supervisores”), preexistentes a la reforma de Licurgo, formaban un colegio de cinco magistrados elegidos por la asamblea para un mandato anual. Su rango era similar al de los reyes, de los que constituían un auténtico contrapoder. No eran reelegibles y, al término de su mandato, debían someterse a una rendición de cuentas si así lo exigían sus sucesores. En este caso podían ser condenados incluso a la pena de muerte.

El colegio de los éforos fue lo más parecido a un poder ejecutivo moderno que llegó a conocer la antigua Grecia. Como su nombre indica, estaban encargados de supervisar a los reyes y al resto de los habitantes de la ciudad, llegando su autoridad al mismo aspecto físico de las personas. Ellos eran quienes vigilaban el respeto a las tradiciones, imponían sanciones y penas de prisión (incluso a los mismos reyes) y podían ordenar ejecuciones (a veces extrajudiciales, como las de los ilotas durante la krypteia). También se hacían cargo de los asuntos exteriores, ejecutando las decisiones de la asamblea (presidida por ellos), ordenando movilizaciones y tomando cualquier decisión urgente que fuera necesaria. Uno de los éforos era el “epónimo”, es decir, daba su nombre al año, aunque se desconoce la forma en que se le escogía. Los nombres de los otros aparecían detrás en los documentos oficiales, por orden alfabético.

El poder de los éforos fue tan amplio que Aristóteles lo equipara al de los tiranos. En realidad, su función teórica era la de representar al pueblo y, de hecho, Cicerón les compara en La República a los tribunos de la plebe. Todos los meses los reyes juraban respetar las leyes, mientras que los éforos juraban defender el poder real pero a su vez lideraban a las polis.

La religión en Esparta:

La religión ocupa en Esparta un lugar más importante que en otros lugares de Grecia. Así lo atestigua el gran número de templos y santuarios: 43 templos de divinidades, 22 templos de héroes, no menos de quince estatuas de dioses y cuatro altares, a lo que hay que añadir numerosos monumentos funerarios urbanos.

Llama la atención la importancia que adquieren entre los espartanos las divinidades femeninas, particularmente Atenea bajo gran número de epíclesio o advocaciones. Entre los dioses masculinos son Ares y Apolo a los que se les rinde un culto particular y están presentes en todas las grandes fiestas y monumentos de la ciudad. Es notable también el culto tributado a los héroes de la Guerra de Troya Aquiles, por encima de todos, pero también Agamenón, Casandra (bajo el nombre de Alejandra), Clitemnestra, Menelao e incluso Helena. Los Dioscuros Cástor y Pólux, hijos gemelos de Zeus, de los que la tradición afirma que nacieron en Esparta, tienen también un vínculo particular con los reyes. Heracles, por su parte, es una especie de héroe nacional espartano, venerado de modo especial por los jóvenes.

Esparta moderna:

En 1834, tras la Guerra de independencia de Grecia, el rey Otón I de Grecia decretó que una ciudad se erigiría en el antiguo lugar ocupado por la Esparta clásica. La ciudad fue diseñada a partir de tres ejes principales con bulevares y parques. Actualmente, Esparta es la capital administrativa de la prefectura griega de Laconia.

Esparta es el centro de una región agrícola enmarcada en el valle del Eurotas y que tiene como salida natural al mar el histórico puerto de Gitión, que constituye un importante centro turístico de la región. En esta zona radica la principal industria alimentaria, donde se producen cítricos y aceitunas. Su carácter agrario se halla favorecido por su cercanía al mar, beneficiado, en los calurosos meses de verano por las brisas que corren por los valles del Taigeto y del Parnonas.

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